El Congreso de Estados Unidos está considerando no renovar un acuerdo clave de ciencia y tecnología con la segunda economía más grande del mundo en un intento de frenar los avances tecnológicos y militares del país.
En consecuencia, el Tratado de Ciencia y Tecnología (ACT) de cuatro décadas de vigencia entre Estados Unidos y China podría ser suspendido porque Washington cree que Beijing podría aprovechar los términos para modernizar su ejército y amenazar los intereses nacionales.
El Acuerdo de Cooperación Técnica (STA) se firmó cuando Estados Unidos y China establecieron relaciones diplomáticas en 1979 y se ha renovado cada cinco años desde entonces. Además, allana el camino para la cooperación entre ambos países en áreas que abarcan desde las ciencias atmosféricas y agrícolas hasta la investigación en física y química fundamentales.
El acuerdo expirará el 27 de agosto, lo que aumenta el temor de que los logros científicos y comerciales de Estados Unidos puedan ser robados, en un momento en que las relaciones bilaterales y el comercio entre las dos superpotencias están en su punto más bajo en años.
Un comité de China de la Cámara de Representantes de Estados Unidos envió una carta al secretario de Estado, Antony Blinken, expresando su preocupación por los proyectos conjuntos de ciencia y tecnología entre los dos países, que utilizan muchas tecnologías de “doble uso”, como métodos de análisis de imágenes satelitales o el uso de drones para gestionar el riego.
La carta cita un incidente ocurrido en febrero de este año, cuando Pekín fue acusado de “monitorear sitios militares en territorio estadounidense” utilizando globos que utilizaban tecnología idéntica en un proyecto entre la Administración Meteorológica de China y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos en el marco de la STA.
Mientras tanto, quienes apoyan el acuerdo argumentan que, sin la STA, Estados Unidos perdería un importante canal de información sobre los avances tecnológicos de China. Sin embargo, los analistas generalmente creen que el acuerdo necesita una revisión profunda para proteger los intereses de Washington en su roce estratégico con Pekín.
El asedio a los semiconductores es cada vez más estricto
Por su parte, China se encuentra bajo la presión de las restricciones a la exportación de chips impuestas por Estados Unidos en octubre pasado. Analistas de China continental afirman que Estados Unidos está librando una "guerra" tecnológica contra el país. La no extensión del STA se interpretaría como una escalada de la disputa entre ambas partes.
El WSJ informó que Estados Unidos está considerando nuevas restricciones a las exportaciones de chips de inteligencia artificial (IA) a China, lo que provocó que las acciones de empresas como Nvidia y Advanced Micro Devices cayeran casi de inmediato.
En consecuencia, el Departamento de Comercio dejará de emitir licencias de exportación para chips fabricados por Nvidia y otros fabricantes de chips para consumidores en China a partir del próximo mes de julio.
La administración Biden no ha ocultado que quiere controlar la exportación de ciertos chips avanzados que, según dice, tienen aplicaciones militares y se utilizan en sistemas que representan una amenaza para Estados Unidos y sus aliados.
Los semiconductores, un componente clave de la mayoría de los dispositivos electrónicos, se han convertido en un tema clave en la disputa entre Washington y Pekín por el acceso a tecnología crítica. Estos chips se utilizan en sistemas que abarcan desde aviones de combate hasta teléfonos móviles y electrodomésticos como refrigeradores.
La campaña estadounidense para desvincular a China de la cadena global de suministro de semiconductores avanza con paso firme. La información más reciente indica que los Países Bajos podrían anunciar controles adicionales a la exportación de algunas fundiciones de chips de ASML el 30 de junio. Anteriormente, Japón también añadió 23 semiconductores a su lista de restricciones a la exportación.
((Según EurAsian Times, Reuters)
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