En consecuencia, la sepsis en los niños es una infección sistémica grave (intoxicación) que ocurre cuando el sistema inmunológico del cuerpo reacciona de forma exagerada a agentes microbianos (bacterias, virus, parásitos, hongos) causando una falla orgánica múltiple que puede llevar a una muerte rápida.
Se estima que, cada año, alrededor de 20 millones de niños (menores de 5 años) en el mundo sufren sepsis y 3 millones de ellos fallecen. En el Hospital Nacional de Niños, la Unidad de Cuidados Intensivos de Medicina Interna recibe diariamente de uno a dos niños con sepsis/choque séptico para su tratamiento.
La sepsis provoca un alto riesgo de muerte en los niños (fuente de la foto: Hospital Nacional de Niños).
El niño NH (de 1 año, en Hanói ) estaba previamente sano, pero la enfermedad progresó en casa durante unos 5 días, con síntomas como fiebre alta persistente difícil de bajar, fatiga intensa, estornudos y rinorrea. La familia le administró antipiréticos y antibióticos, pero el niño seguía presentando fiebre alta persistente, fatiga y respiración acelerada, por lo que fue trasladado al Hospital Nacional de Niños el 30 de agosto.
El niño ingresó en el Servicio de Urgencias e Intoxicaciones en estado crítico, con insuficiencia respiratoria y circulatoria, y llanto intenso. Las pruebas iniciales mostraron un alto índice de inflamación, un trastorno de la coagulación sanguínea, un aumento de las enzimas hepáticas e insuficiencia renal aguda.
De inmediato, los médicos determinaron que se trataba de sepsis y shock séptico. El niño fue intubado, se le administraron líquidos, vasopresores y antibióticos de amplio espectro para estabilizarlo y luego fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos de Medicina Interna.
Allí, el paciente continuó recibiendo reanimación intensiva y tratamiento para el shock séptico, pero su estado no mejoró significativamente. El niño presentó complicaciones como derrame pericárdico, derrame pleural e insuficiencia renal aguda. Se le realizó drenaje de líquido pericárdico y pleural, y filtración sanguínea continua.
Los resultados de las pruebas confirmaron que la causa de la infección en el niño fue Staphylococcus aureus. Esta es una causa bastante común de daño a muchos órganos, como neumonía, derrame pleural, derrame pericárdico, osteomielitis y artritis.
El niño recibió tratamiento activo con antibióticos, drenaje pleural y pericárdico (para eliminar las zonas infectadas), asistencia respiratoria y circulatoria. Tras 14 días de tratamiento, su estado mejoró, pero seguía siendo grave.
Otro caso de sepsis que fue salvado recientemente por médicos del Hospital Nacional Infantil es el de una niña llamada PT (18 meses). Cuatro días antes de ser ingresada, la niña tenía un forúnculo en la nuca. Al segundo día, presentó fiebre alta y heces blandas.
La familia llevó al niño al hospital de distrito para que lo examinaran y el médico le recetó medicación ambulatoria. Sin embargo, el niño seguía con fiebre alta, cianosis y dificultad para respirar, por lo que lo llevaron al hospital provincial.
Allí, los médicos diagnosticaron al niño con sepsis y lo trasladaron al Hospital Nacional de Niños con daño multiorgánico: neumonía grave, derrame pleural y trastorno de la coagulación sanguínea. Se determinó que la causa de la enfermedad era Staphylococcus aureus.
Gracias a la dedicación y el esfuerzo de los médicos y enfermeras con medidas de tratamiento activo como ventilación mecánica, drenaje pleural, medicamentos de apoyo cardíaco y antibióticos, el niño ha superado la etapa crítica y ha sido desconectado del respirador, pero aún necesita ser monitoreado para detectar complicaciones posteriores a la sepsis.
El Dr. Le Nhat Cuong, del Departamento de Medicina Interna y Cuidados Intensivos, explicó que el shock séptico es una afección médica común. Muchos pacientes ingresan al hospital en estado crítico. Si no se detecta y trata a tiempo, la enfermedad progresa a insuficiencia multiorgánica (hepática, renal y coagulopatía).
El tratamiento del choque séptico se basa principalmente en la detección temprana, el uso oportuno de antibióticos, la reanimación respiratoria con ventilación mecánica, la reanimación circulatoria con vasopresores y el soporte cardíaco. Además, algunas medidas de soporte activo para pacientes con sepsis incluyen: el soporte de filtración sanguínea continua en pacientes con insuficiencia renal, el uso de cardiopulmonar artificial (ECMO) en pacientes con insuficiencia respiratoria grave e insuficiencia circulatoria grave que no responde al uso de vasopresores.
Vale la pena señalar que, a pesar de los muchos avances en el tratamiento de reanimación, el shock séptico sigue siendo una carga de enfermedad importante, con tasas de mortalidad en disminución, pero aún altas.
Según el Dr. Chu Thanh Son, del Departamento de Medicina Interna y Cuidados Intensivos, la detección temprana de la sepsis en niños es bastante difícil para los padres, ya que estos síntomas también son comunes en las enfermedades febriles benignas. Sin embargo, la sepsis progresa rápidamente y causa complicaciones graves si no se interviene y se trata con prontitud.
Algunos síntomas reveladores incluyen dificultad para hablar o confusión, temblores o dolor muscular, fiebre, falta de orina, dificultad para respirar, fatiga, agotamiento y piel pálida o violácea.
La sepsis es una emergencia y el resultado del tratamiento depende de la rapidez con la que se detecte y trate al niño. Si sospecha o confirma que su hijo tiene una infección y presenta los síntomas mencionados, debe llevarlo inmediatamente a un centro médico para que lo examinen y le administren el tratamiento oportuno.
En casos con buena respuesta, la recuperación puede ocurrir después de 7 a 14 días. En casos de detección y tratamiento tardíos, el niño puede fallecer o sufrir secuelas de sepsis de por vida.
La causa de la sepsis puede ser virus, bacterias, hongos y parásitos, por lo que los médicos la diagnosticarán mediante pruebas de hemocultivo, prueba rápida de antígenos, prueba de amplificación genética y al mismo tiempo buscarán infecciones como neumonía, infecciones de la piel y tejidos blandos e infecciones del tracto urinario.
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