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El 20 de julio, la agencia de noticias TASS citó al presidente ruso, Vladimir Putin, diciendo que el país volvería inmediatamente al acuerdo de la Iniciativa de Granos del Mar Negro si se implementaban todos los términos del acuerdo y se restablecía la “naturaleza humanitaria” del mismo.
Las condiciones incluyen: levantar las sanciones al transporte de granos y fertilizantes rusos; eliminar todos los obstáculos a los bancos rusos que suministran alimentos al mercado mundial, incluida la conexión a SWIFT; reanudar los suministros a Rusia de componentes y repuestos para maquinaria agrícola y producción de fertilizantes; resolver todas las cuestiones de fletamento y seguro de las exportaciones de alimentos rusos; reanudar el funcionamiento del oleoducto de amoníaco Tolyatti-Odessa; desbloquear los activos rusos relacionados con la agricultura; y restaurar la naturaleza humanitaria original del acuerdo sobre granos.
Según Vladímir Putin, Rusia representa el 20% del mercado mundial de trigo y es Rusia la que realiza una enorme contribución a la seguridad alimentaria mundial. Mientras tanto, Ucrania pretende establecer una ruta marítima temporal —a través de las aguas territoriales y la zona económica exclusiva de Rumania, uno de sus vecinos del Mar Negro— para mantener los envíos de grano.
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