“El campeonato que una vez perteneció a Ronaldinho, Ronaldo, Cristiano y Messi ahora pertenece a los racistas”. Vinicius denunció con amargura a quienes lo insultaron, y el mundo civilizado inmediatamente apoyó al jugador brasileño, en contra de esos, o mejor dicho, del racismo.
Vinicius ya no pudo mantener la compostura.
Declaración contundente
El partido entre el Valencia y el Real Madrid se convirtió en el foco mediático mundial, pero esta atención no surgió de los conocimientos futbolísticos, sino de una guerra cultural, con el reavivamiento de viejos problemas en La Liga en particular y en Europa en general.
En concreto, en la grada de Mestalla, varios aficionados del Valencia profirieron insultos racistas contra el jugador del Real Madrid, Vinicius. El ambiente del partido empeoró drásticamente a partir de ese momento. Vinicius no quiso seguir jugando tras ser insultado, e incluso quiso salir corriendo a la grada para exigir un acuerdo con la afición local.
Al final, el Real Madrid sufrió una derrota por la mínima, mientras que el jugador brasileño recibió su primera tarjeta roja en su carrera, entre lágrimas de dolor.
Vinicius expresó rápidamente su enfado e indignación en sus declaraciones posteriores al partido: «Un país hermoso, que me acogió y me quiso, aceptó exportar al mundo la imagen de un país racista. Lo siento por los españoles que no aceptan este comportamiento. Sin embargo, hoy en día, España es conocida como un país de racistas».
La disputa entre las partes involucradas se desató cuando el presidente Tebas declaró: «España no es un país racista y el racismo hacia Vinicius fue un incidente aislado». Pero poco después, el jugador brasileño publicó «pruebas irrefutables» (una serie de vídeos denunciando al racismo) para quienes aún mantienen la indiferencia ante este doloroso asunto.
Alianza para el Progreso
En el estadio de Mestalla, solo la afición madridista apoyó a Vinicius. Pero cuando se apagaron las luces, el mundo civilizado se unió para apoyar al jugador brasileño.
En su país natal, Brasil, la estatua del Cristo Redentor apagó sus luces para condenar los ataques racistas contra la estrella del fútbol brasileño.
El Barcelona, el gran rival del Real Madrid, también mostró su apoyo incondicional a Vinicius. El central Kunde enfatizó: «Los insultos discriminatorios no deben tolerarse ni justificarse. Debemos centrarnos en soluciones porque, lamentablemente, el problema se repite y empaña la imagen de este torneo».
Alianza para el Progreso se formó para luchar contra el racismo con Vinicius
El entrenador Xavi coincidió con el punto de vista de su alumno: «En general, por desgracia, hay casos de racismo. Por desgracia. Es una pena. Es triste y lamentable que esto ocurra en 2023. Hay que erradicar el racismo de una vez por todas».
En Francia, la superestrella Kylian Mbappé también compartió y simpatizó con Vinicius: "No estás solo. Estamos aquí y te amamos".
No sólo el mundo del fútbol, sino también el ex campeón mundial de boxeo de peso pesado Joshua reaccionó con fuerza en Instagram: "Siento su dolor, al 100%".
La historia de Vinicius ha trascendido Mestalla, más allá de España, incluso más allá de las fronteras del deporte . Es una auténtica lucha por el progreso, con Vinicius al frente.
La guerra no tiene fin
Si la lucha contra la segregación es una guerra, entonces los progresistas tienen la ventaja, habiendo lanzado un fuerte ataque inicial.
Bajo presión de los medios de comunicación mundiales, la Real Federación Española de Fútbol despidió a seis árbitros del VAR, cuando el equipo del VAR no envió suficientes imágenes para ayudar al árbitro principal a tomar una decisión precisa.
Wilfried Zaha no se arrodilló antes de un partido de la Premier League porque creyera que eso no resolvería el problema.
Poco después del incidente de Vinicius, el organismo rector del fútbol mundial también emitió un comunicado contundente. Los líderes de la FIFA han formulado recomendaciones en caso de comportamiento racista. Primero, detener el partido y anunciarlo. Segundo, cuando el jugador abandone el campo, los organizadores deben intervenir para detenerlo. Tercero, si el partido continúa y el ataque no cesa, se detendrá y el equipo de la víctima ganará.
Obviamente, la acción de las autoridades es muy contundente. Sin embargo, es difícil predecir si la lucha contra el racismo en el campo de fútbol terminará, cuando existen problemas profundamente arraigados.
El racismo es un problema antiguo y particular que se ha agravado en la última década, no solo en el fútbol español, sino en toda Europa. Es consecuencia de una larga historia de doctrinas anticientíficas y antihumanas.
El tema del racismo ha calado hondo en el subconsciente de muchas personas, incluso en las autoridades. No es casualidad que Vinicius atacara al líder de LaLiga con palabras duras y airadas.
Wilfried Zaha ha sugerido maneras de combatir el racismo: «Personalmente, creo que deberíamos fomentar la educación en las escuelas y en los medios de comunicación, y tomar medidas más contundentes contra los racistas; no solo contra los futbolistas, es tarea de todos». Pero, sin duda, para lograrlo, queda un largo camino por recorrer.
El estadio de fútbol, para quienes vienen a disfrutar de los mejores partidos, no es un lugar donde el racismo se descontrole. Al contrario, es desde el estadio, junto con la valentía de las estrellas, que se convertirá en el trampolín para atraer a la gente a la unidad y luchar contra este doloroso problema en el corazón de la sociedad europea.
Thang Nguyen
Fuente de la foto: Internet.
[anuncio_2]
Fuente
Kommentar (0)