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El PSG superó ampliamente al Inter Miami. |
Hay partidos en los que el marcador no lo dice todo. El choque entre el PSG y el Inter Miami es uno de ellos.
Un partido que solo se definió en cinco minutos, y luego un torbellino azul y negro se llevó por delante todo el esfuerzo, toda la voluntad, toda la reputación. El PSG no solo juega al fútbol, sino que enseña a sus rivales a aceptar la derrota.
El equipo de Lionel Messi llegó a los octavos de final de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA 2025™ con el deseo de demostrar que estaban a la altura contra el campeón francés. Pero solo pudieron aferrarse a esa convicción durante cinco minutos. Tras el primer gol, el Inter Miami parecía aguantar, esperando el pitido final.
Messi, el símbolo de los milagros, aquel que ha trastocado todos los destinos, también se mostró impotente esta vez. Se acabaron los avances, los milagros. Solo la mirada distraída y la forma de correr del que antes era el número uno, ahora solo capaz de soportar la derrota contra el equipo más fuerte del planeta.
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El PSG es demasiado fuerte. |
El PSG no juega para ganar. Juega para imponer su diferencia absoluta. Luis Enrique ha creado un equipo que no conoce el compromiso, que no tiene el concepto de "relajarse", ni siquiera cuando el partido se considera decidido.
El PSG atacó como si aún estuviera atrás, defendió como si estuviera al borde de la eliminación. Fue esa frialdad la que desintegró al rival desde dentro. Ya no era una cuestión de tácticas ni de jugadores: era el espíritu de un campeón absoluto.
El partido contra el Inter Miami no fue una competición, sino más bien una actuación coreografiada a la perfección, donde el PSG era el protagonista y sus oponentes solo un segundo plano. Se le llamó "un partido entre hombres y niños", no para menospreciar al Inter Miami, sino para enfatizar la superioridad del PSG: en fuerza física, técnica, organización y, sobre todo, en mentalidad combativa.
Tras un triplete histórico en el fútbol francés, el PSG aspira a una nueva cima: la Copa Mundial de Clubes de la FIFA. Si gana, se convertirá en el primer equipo en escribir su nombre en la historia como campeón mundial de clubes bajo el nuevo formato.
Pero incluso sin levantar el trofeo, el PSG sigue siendo el referente mundial. Los rivales se alegran cuando no los destrozan, la prensa se asombra cuando ganan "solo" por tres goles. El mundo del fútbol parece adaptarse a una nueva realidad, donde el PSG de Luis Enrique es el modelo absoluto de la perfección.
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El PSG demostró su superioridad con una victoria por 4-0 ante el Inter Miami. |
La derrota contra el Botafogo, si es que se le puede llamar derrota, fue quizás solo una pequeña nota baja en la majestuosa sinfonía. Un accidente necesario para que el PSG no olvidara que aún es humano. Pero al regresar, fueron más despiadados, más fríos, como para recalcar que el fútbol actual solo tiene un verdadero rey.
El PSG no necesita trofeos para demostrar su clase. Ya han superado el umbral de la revalidación del título. El PSG juega para marcar la pauta, para reescribir el concepto de dominio.
Y si todavía hay alguien que dude, el partido con Messi –no el viejo Messi sino el propio Messi, el que un día definió el fútbol– es la respuesta que no puede ser más clara.
Fuente: https://znews.vn/psg-de-bep-inter-miami-la-tran-dau-giua-dan-ong-va-tre-con-post1564690.html
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