Criaturas que desafían todo concepto de vida.
Durante décadas, los virus han sido un tema controvertido porque no pueden reproducirse por sí solos, no pueden generar energía por sí solos y son completamente inactivos cuando se separan de su huésped.

Un organismo microscópico tiene el potencial de alterar la forma en que entendemos la frontera entre la vida y la no vida (Foto: Jose A. Bernat Bacete).
Pero al entrar en una célula, el virus se replica a un ritmo alarmante, causando pandemias como la gripe española o la COVID-19. Es esta doble naturaleza la que hace que el virus se considere la "zona gris" entre la vida y la inercia.
Sin embargo, Sukunaarchaeum mirabile es aún más complejo, posee características que son al mismo tiempo similares y diferentes a las de los virus: casi no tiene una vía metabólica independiente, se ve obligado a depender completamente del huésped para sobrevivir, pero posee la capacidad de sintetizar ribosomas y ARNm.
Estos son componentes esenciales para la producción de proteínas, que están completamente ausentes en los virus.
Esto coloca a Sukunaarchaeum en una posición “híbrida” sin precedentes, exhibiendo tanto una dependencia extrema como un grado de autonomía, características fundamentales de las células vivas.
Según los autores del estudio, esta situación desafía la frontera funcional entre la vida celular mínima y los virus, obligando a la comunidad científica a reconsiderar la definición de vida tal como estamos acostumbrados.
Descubrimiento fortuito y el genoma ultraminimalista
El descubrimiento de Sukunaarchaeum fue una completa sorpresa cuando un equipo de investigación dirigido por Ryo Harada (Universidad de Dalhousie, Canadá) estaba secuenciando el genoma del plancton marino Citharistes regius.
Durante este proceso, descubrieron un extraño bucle de ADN que no coincidía con ninguna especie conocida. Tras un análisis exhaustivo, el equipo determinó que el organismo pertenecía a las arqueas, uno de los tres dominios principales de la vida, junto con las bacterias y los eucariotas.
Las arqueas son un grupo antiguo de organismos unicelulares, conocidos por su capacidad de sobrevivir en entornos hostiles.
Fue a partir de esta rama que las células eucariotas, ancestros de plantas y animales, evolucionaron hace miles de millones de años. Por lo tanto, el descubrimiento del Sukunaarchaeum no solo añade un nuevo eslabón al mapa de la vida, sino que también arroja luz sobre las primeras etapas de la evolución.
Lo más sorprendente es lo minimalista que es su genoma. El Sukunaarchaeum tiene tan solo 238.000 pares de bases de ADN, menos de la mitad del tamaño del genoma de Archaea más pequeño conocido hasta ahora (490.000 pares de bases), y aproximadamente el tamaño de muchos virus grandes.
Para poner esto en perspectiva, las bacterias normales pueden tener genomas de millones de pares de bases. Esta simplificación sugiere que Sukunaarchaeum se ha adaptado al máximo a un estilo de vida parasitario, eliminando casi todas sus capacidades metabólicas independientes, pero conservando los genes mínimos necesarios para la replicación, la transcripción y la traducción.
Además, el genoma de Sukunaarchaeum también reveló signos genéticos de que pertenece a una rama muy antigua de Archaea, lo que sugiere que podría ser un “fósil viviente” que refleja las primeras etapas de la vida en el planeta.
Importancia evolutiva y grandes preguntas para la ciencia
El descubrimiento de Sukunaarchaeum no sólo amplía nuestra comprensión de la biodiversidad, sino que también plantea la pregunta de si este organismo es evidencia de una célula primitiva que fue radicalmente reducida para convertirse en un parásito o, por el contrario, un virus que desarrolló funciones adicionales que son fundamentales para las células vivas.
Podría ser el eslabón perdido, que refleja una etapa intermedia en la transición de la materia inorgánica a una célula viva en pleno funcionamiento.
El descubrimiento también sugiere que puede haber muchas más formas de vida no convencionales acechando en ecosistemas poco explorados, como el fondo del océano, donde las duras condiciones pueden crear formas de vida extrañas.
Si existen organismos híbridos como Sukunaarchaeum en la Tierra, la posibilidad de encontrar vida en ambientes extraterrestres extremos se vuelve aún más probable.
Fuente: https://dantri.com.vn/khoa-hoc/phat-hien-sinh-vat-lo-lung-giua-su-song-va-khong-phai-su-song-20250703064321783.htm
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