El Profesor Asociado y Doctor Lam Vinh Nien, Jefe del Departamento de Nutrición y Dietética del Hospital Universitario de Medicina y Farmacia de Ciudad Ho Chi Minh, afirmó que durante mucho tiempo, muchas personas han creído que la grasa es perjudicial para la salud, especialmente en personas con niveles altos de lípidos en sangre. Por lo tanto, muchas personas creen que deben abstenerse de consumir grasas y reducir las proteínas. Sin embargo, las investigaciones demuestran que las grasas se clasifican en grasas buenas y grasas malas.
Las grasas buenas (grasas insaturadas, que no son sólidas a temperatura ambiente) previenen la inflamación, aportan ácidos grasos esenciales y promueven la salud en general. Consumidas con moderación, se ha demostrado que estas grasas aumentan el colesterol HDL (grasa sanguínea buena) y disminuyen las partículas de colesterol LDL (grasa sanguínea mala). Algunas buenas fuentes de grasas incluyen el aceite de oliva, el aguacate, las semillas de lino, el pescado rico en ácidos grasos omega-3, etc.
Las personas con niveles altos de grasa en la sangre deben limitar el consumo de carne roja.
Las grasas malas (también conocidas como grasas saturadas, que se solidifican a temperatura ambiente, haciendo que el cuerpo produzca colesterol malo, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares), incluidas la margarina, los aceites vegetales parcialmente hidrogenados, los órganos animales, los alimentos fritos... aumentan las pequeñas partículas LDL, promoviendo la formación de aterosclerosis.
Sin embargo, la grasa es una fuente alta de energía por lo que su proporción en la dieta es menor que la de otros grupos de sustancias, alrededor del 20% de la dieta total.
En cuanto a las proteínas, la cantidad promedio de proteína necesaria para cada persona es de 1 g por cada 1 kg de peso corporal. Esto significa que una persona que pesa 60 kg necesita un promedio de 60 g de proteína al día. Esta fuente de proteína puede obtenerse de proteínas vegetales y animales.
La proteína vegetal es abundante en legumbres, productos de soja, frutos secos...
Las personas con niveles altos de grasa en la sangre no deben limitar las proteínas, sino complementarlas con una variedad de proteínas provenientes de plantas, combinadas con carne blanca, cereales...
En cuanto a la proteína animal, se debe priorizar la carne blanca, el pescado, etc. La carne roja contiene mucha grasa nociva, por lo que no se debe incluir en el menú un exceso de carne roja. Las personas con niveles altos de grasa en la sangre deben crear un menú que combine carne blanca, fibra, cereales integrales, verduras y frutas para diversificar su nutrición y ayudar a reducir el colesterol LDL. No se recomiendan las carnes procesadas, ya que contienen mucha grasa saturada que puede causar hipertensión arterial, lo que perjudica la salud general y, en particular, la de las personas con niveles altos de grasa en la sangre.
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