Hace más de 20 años, llegué de norte a sur, a la isla de Ngoc, con gran entusiasmo por pisar las largas playas de arena blanca. En aquel entonces, las playas de Truong y Dai aún conservaban su belleza natural, con interminables playas de arena e hileras de álamos verdes y altos cocoteros. La playa de Sao, como su nombre indica, bajo sus aguas cristalinas se alzaban innumerables estrellas de cinco puntas en las suaves olas de esta playa en forma de medialuna.
Revista Heritage
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