Según la MSc.-BS Phung Thi Thuy Hang, jefa adjunta del Departamento de Oftalmología del Hospital Bach Mai ( Hanoi ), la conjuntivitis aguda (también conocida como ojo rosado) es bastante benigna y rara vez deja secuelas, pero la enfermedad es muy contagiosa en lugares concurridos como escuelas, hospitales, oficinas, piscinas, etc. y puede convertirse en una gran epidemia.
Tras un periodo de incubación de 2 a 3 días (desde el contacto con la fuente de infección), aparecen síntomas como picazón ocular, enrojecimiento, deslumbramiento, fotofobia, lagrimeo y abundante secreción. Al despertar, el paciente presenta abundante secreción, lo que dificulta la apertura de los ojos. Esta secreción también dificulta la visión, aunque no suele reducirse. Al principio, solo afecta un ojo; tras unos días, aparece en el otro. Los siguientes síntomas son enrojecimiento e hinchazón de los párpados, congestión conjuntival, edema, abundante secreción en el borde palpebral y la superficie conjuntival; en algunos casos, puede presentarse hemorragia (sangrado) bajo la conjuntiva.
Si la causa de la enfermedad son bacterias (estreptococos, neumococos, difteria, etc.), la conjuntiva de los párpados suele estar cubierta por una pseudomembrana. Los casos graves pueden causar daño corneal, como queratitis punteada superficial, que opaca la córnea y reduce considerablemente la visión, que persiste durante meses.
P PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES
Para prevenir la propagación de la conjuntivitis, las personas con conjuntivitis deben quedarse en casa y no ir a la escuela ni al trabajo, evitar lugares concurridos para evitar infectar a otros, usar artículos personales, no frotarse los ojos y lavarse las manos antes y después de aplicar medicamentos.
Al compartir objetos, lávese primero las manos con jabón. Después de recuperarse de una enfermedad, limpie sus gafas con jabón para evitar reinfecciones. No use el mismo frasco de gotas para los ojos para varias personas. No use solución salina casera para gotas para los ojos, ya que no es estéril. La concentración de sal y el pH no son adecuados para los ojos. Además, la solución salina casera suele contener impurezas dañinas para los ojos. No tire los hisopos de algodón después de usarlos para lavarse los ojos. Lave regularmente sus toallas faciales con jabón y séquelas al sol. Las clínicas deben lavarse las manos y esterilizar los instrumentos correctamente.
(Fuente: Departamento de Oftalmología, Hospital Bach Mai)
La Dra. Phung Thi Thuy Hang señaló que si la causa es un adenovirus, el paciente puede presentar fiebre leve, rinorrea, inflamación de los ganglios linfáticos delante de la oreja o en el ángulo mandibular, dolor de garganta y amígdalas inflamadas. En el caso de la conjuntivitis alérgica, el paciente entra en contacto con el alérgeno, lo que provoca enrojecimiento repentino y picazón intensa en ambos ojos, lo que lleva al paciente a frotarse los ojos y a causar una infección secundaria.
La conjuntivitis tiene diversas causas, por lo que quienes la padecen deben acudir a un oftalmólogo para que les examine y les diagnostique y les recomiende el tratamiento adecuado. Las personas con conjuntivitis deben recibir tratamiento según las indicaciones de un oftalmólogo. No compre gotas para los ojos sin pensarlo dos veces para evitar complicaciones peligrosas.
En particular, no use hierbas medicinales para aplicarlas ni vaporizarlas en los ojos, ya que pueden causar otras lesiones oculares, como quemaduras por calor o aceites esenciales. Algunos hongos y bacterias presentes en las hojas pueden penetrar a través de raspaduras corneales, causando una enfermedad muy peligrosa llamada úlcera corneal. En ese caso, el tratamiento será extremadamente difícil y costoso, y las consecuencias serán cicatrices corneales, causando visión borrosa permanente. En algunos casos graves, es necesario extirpar el ojo.
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