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Los entornos inundados durante tormentas e inundaciones presentan alta humedad y temperaturas de 20 a 30 grados Celsius, lo que aumenta la actividad de los microorganismos causantes de enfermedades oculares, con un alto riesgo de contagio. Las fuertes lluvias provocan inundaciones, que traen suciedad, toxinas y un ambiente contaminado que causa enfermedades oculares infecciosas, entre las que la conjuntivitis es común y puede convertirse en una epidemia tras las inundaciones.
La conjuntivitis aumentará en comunidades con escasez de agua potable. Los grupos de edad más susceptibles a las enfermedades oculares son los niños menores de 15 años y los adultos mayores de 60. La enfermedad es altamente contagiosa y puede convertirse en una gran epidemia.
Patógeno
Bacterias: Muchos tipos de bacterias pueden causar conjuntivitis aguda, como el neumococo, el estafilococo y el estreptococo.
Virus: El más común es el Adenovirus, que suele propagarse rápidamente y causar grandes epidemias (faringoconjuntivitis) debido a su transmisión respiratoria y capacidad de sobrevivir durante mucho tiempo en el ambiente.
Alergia: El paciente entra en contacto con un alérgeno, provocando que ambos ojos se enrojezcan rápidamente y piquen, provocando que el paciente se frote los ojos, lo que es causa de una infección secundaria.
Síntomas de la conjuntivitis
Tras el periodo de incubación (desde el contacto con la fuente de infección), se presentarán signos de picazón, enrojecimiento y sensación arenosa en los ojos, fotofobia, lagrimeo y abundante secreción ocular. La abundante secreción por la mañana al despertar hace que los párpados se peguen, dificultando al paciente abrir los ojos. La secreción también dificulta la visión, pero la visión no suele verse reducida. Al principio, solo aparece en un ojo y, después de unos días, en el otro.
Al examinar los ojos, se observan: párpados rojos e hinchados, congestión conjuntival y edema. Se observa abundante pus (secreción) en el borde palpebral y la superficie conjuntival. En algunos casos, puede presentarse hemorragia subconjuntival (sangrado). En casos graves, puede producirse daño corneal, como queratitis, que reduce considerablemente la visión y persiste durante meses. Además, el paciente puede presentar fiebre leve, rinorrea, inflamación de los ganglios linfáticos delante de la oreja o en el ángulo mandibular, dolor de garganta e inflamación de las amígdalas.
La conjuntivitis en los niños suele ser grave porque la inmunidad local del niño es débil y los tejidos blandos alrededor de sus ojos están flojos, lo que los hace susceptibles a reacciones de hinchazón graves.
Los padres suelen llevar a sus hijos al médico porque observan ojos hinchados y rojos, y mucha secreción. Los niños necesitan atención especial porque no pueden hablar y el llanto dificulta la aplicación de gotas y la exploración ocular. El tratamiento de la conjuntivitis en niños es más complejo y lleva más tiempo que en adultos, lo que requiere el esfuerzo tanto del personal médico como de los padres.
Prevención de la conjuntivitis
La enfermedad se transmite de persona a persona a través de lágrimas y secreciones que contienen numerosos patógenos. Las personas con conjuntivitis suelen frotarse los ojos y luego tocar objetos compartidos en el hogar, el trabajo, la escuela, etc., lo que provoca la infección en otras personas al usarlos. También puede transmitirse a través del entorno de las piscinas públicas.
En personas normales, las lágrimas se drenan hacia la nariz a través del sistema lagrimal. Cuando se presenta conjuntivitis, las lágrimas que contienen patógenos se drenan hacia la nariz y la garganta. Cuando el paciente habla o estornuda, las secreciones nasales se dispersan en el aire, causando enfermedades a otras personas.
Para prevenir enfermedades, tenga en cuenta:
Las personas con conjuntivitis deben quedarse en casa, no ir a la escuela ni al trabajo, y evitar lugares concurridos para no infectar a otros.
Se debe suspender el uso de lentes de contacto durante varios días en presencia de conjuntivitis aguda.
Use artículos personales y no se frote los ojos. Lávese las manos antes y después de aplicar el medicamento. Si debe usar artículos compartidos, lávese primero las manos con jabón. Después de la recuperación, limpie sus anteojos con jabón para evitar una nueva infección.
No tire los hisopos de algodón después de usarlos para limpiarse los ojos. Lave sus toallas faciales regularmente con jabón y séquelas al sol. Las clínicas deben lavarse las manos adecuadamente y esterilizar el instrumental.
Ambiente limpio, casa limpia.
Médica especialista 2 Phung Thi Thuy Hang - Jefa adjunta del Departamento de Oftalmología, Hospital Bach Mai
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Fuente: https://nhandan.vn/lam-gi-de-phong-viem-ket-mac-mat-trong-mua-mua-lu-post830611.html
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