Ciudad Ho Chi Minh Debido a una placenta accreta, una mujer de 33 años tuvo que someterse a dos cesáreas en dos hospitales para dar a luz a un bebé de 3,2 kg.
El 6 de junio, un representante del Hospital Tu Du dijo que acababan de coordinarse con el Hospital General Binh Duong para realizar una cirugía para salvar las vidas de una madre y su hijo que estaba embarazada por cuarta vez.
Previamente, la embarazada se había sometido a un control prenatal en un centro médico cercano a su domicilio, pero no se observaron anomalías. En la mañana del 2 de junio, sintió una ligera distensión abdominal y molestias, por lo que acudió al Hospital General Binh Duong para una revisión. Ingresó a las 39 semanas y 2 días de embarazo, tras dos cesáreas previas.
A la embarazada se le realizó una ecografía, análisis de sangre, exámenes preoperatorios y una cesárea esa misma tarde. Sin embargo, al abrir el abdomen, el médico observó que la parte anterior del útero, que conectaba con la vejiga, tenía muchos vasos sanguíneos, lo que sospechó una afección llamada placenta accreta.
La placenta accreta es una afección peligrosa en la que parte o toda la placenta invade la pared uterina y no puede separarse. Esto puede provocar hemorragia posparto, trastornos de la coagulación sanguínea, infección, perforación o ruptura uterina, lo que puede poner en peligro la vida de la madre.
Inmediatamente, los médicos de Binh Duong consultaron con el equipo del Hospital Tu Du y decidieron cerrar el abdomen de la madre y trasladar de forma segura a la madre y al niño a Tu Du a las 6:55 p. m.
Allí, los médicos examinaron y determinaron que la salud de la madre era buena, la presión arterial estable y la frecuencia cardíaca fetal dentro de los límites normales. Se prepararon para realizar una transfusión de sangre antes y durante la cirugía debido al riesgo de una pérdida de sangre importante.
Un bebé de 3,2 kg nació sano tras dos cesáreas. Foto: Proporcionada por el hospital.
La segunda cirugía se realizó a las 8 p. m. del mismo día. El médico realizó una cesárea y extirpó completamente el útero. Durante la cirugía, que duró casi 7 horas, la madre perdió 1400 ml de sangre y recibió una transfusión de 350 ml de concentrado de glóbulos rojos.
Después de 3 días de la cirugía, la madre ahora está sana, sin fiebre, con la herida quirúrgica seca y comiendo normalmente.
Los médicos recomiendan que las mujeres con embarazos múltiples, antecedentes de cesáreas y alto riesgo de embarazo se realicen una exploración completa en un centro médico altamente especializado. A partir de ahí, se puede detectar cualquier anomalía acompañante para planificar un tratamiento adecuado y seguro para la madre y el feto.
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