El Chelsea, bajo el mando de Todd Boehly, ha gastado casi 2.000 millones de euros en fichajes, construyendo un equipo tan grande que resulta redundante. |
Han pasado tres años desde que Todd Boehly y su firma de inversión Clearlake Capital se hicieron cargo del Chelsea. Casi 2000 millones de euros gastados en fichajes. Una plantilla tan grande que podría dividirse en dos clubes. Un modelo financiero "innovador" que le ha dado un dolor de cabeza a la UEFA.
Y después de todo, todavía queda por plantearse una vieja pero nunca más necesaria pregunta: ¿qué está haciendo, después de todo, el Chelsea?
Tres fases de una prueba
En general, la era Boehly-Clearlake se puede dividir en tres fases distintas.
La primera fase fue "el verano y el invierno de Todd", cuando el propietario estadounidense también asumió el cargo de director deportivo . En aquel entonces, el Chelsea se lanzaba a por cualquier nombre que apareciera en los periódicos, siempre que tuviera prestigio. Raheem Sterling, Kalidou Koulibaly, Mykhailo Mudryk, Pierre-Emerick Aubameyang… incluso casi ficharon a Cristiano Ronaldo, de 37 años. El resultado: se gastaron casi 630 millones de euros, y el Chelsea… quedó en la mitad inferior de la clasificación.
En la siguiente fase, el Chelsea adoptó el modelo de "jóvenes globales". Se invirtieron más de 400 millones de euros en el mercado de fichajes para jugadores veinteañeros. A pesar de sus numerosos fracasos, el equipo también encontró dos joyas: Cole Palmer y Moisés Caicedo, auténticos pilares en su camino hacia el sexto puesto de la temporada 2023/24.
Y el verano pasado, el Chelsea empezó a fichar jugadores jóvenes pero experimentados, como João Félix y Kiernan Dewsbury-Hall. Ninguno era una ganga, pero la plantilla empezó a ganar profundidad. ¿El resultado? El Chelsea ganó la UEFA Conference League y terminó cuarto en la Premier League, a solo cuatro puntos del Arsenal, así que iban por buen camino.
De cara al verano de 2025, el Chelsea cuenta con una plantilla joven, profunda y con potencial y regresa a la Liga de Campeones. |
Al comenzar el verano de 2025, el Chelsea cuenta con una plantilla joven, profunda y con potencial, y está de vuelta en la Champions League. Es el momento ideal para apostar con inteligencia y fichar jugadores de gran calidad para elevar el rendimiento del equipo. Pero el Chelsea se comporta como si... no tuviera estrategia alguna.
Los tres grandes fichajes que han hecho hasta ahora han sido más una inversión arriesgada que un ejercicio de construcción de plantilla. Liam Delap, de 22 años, marcó 10 goles (sin contar los penaltis) para el Ipswich, descendido. El Chelsea pagó 35,5 millones de euros por él. Es rápido y fuerte, pero aún no ha demostrado nada que supere su potencial.
João Pedro, de 23 años, jugó bien con el Brighton, pero no está a la altura de la Champions League. Presiona bien y es inteligente, pero sus goles y asistencias son limitados. ¿Precio? 63,7 millones de euros.
Jamie Bynoe-Gittens, de 20 años, ha promediado solo 0,38 xG y xAss por 90 minutos en sus dos temporadas en el Dortmund, pero el Chelsea pagó 64,3 millones de euros por él como si fuera una estrella consolidada.
En total, más de 160 millones de euros gastados en tres jugadores... no fortalecen al equipo. Aunque ya tienen profundidad, lo que el Chelsea necesita es clase, no números.
Y no se detenga ahí, el Chelsea también está dispuesto a dejar marchar a Noni Madueke, uno de los pocos fichajes exitosos bajo la dirección de Boehly. Madueke tiene solo 23 años, una expectativa de gol muy alta (0,61 xG+xA) y es el tipo de jugador que puede explotar con fuerza si el marcador real se ajusta a su potencial.
¿Y el posible destino? El Arsenal, un rival directo en la carrera por el Top 4. ¿Quiere el Chelsea destrozarse?
¿Cuál es la verdadera estrategia?
Con Boehly-Clearlake, el Chelsea introdujo dos innovaciones importantes. Extendió los contratos de sus jugadores para amortizar las cuotas de traspaso, lo que les ayudó a evitar problemas con la UEFA. Sin embargo, esta ventaja se esfumó rápidamente si tuvieron que renovar antes de tiempo, como en el caso de Palmer.
El club londinense convirtió al Estrasburgo en un equipo B, un lugar donde se desarrollan jóvenes jugadores según las ideas del Chelsea, pero jugando en una auténtica liga profesional (Ligue 1). En esencia, es una decisión acertada.
Pero, al fin y al cabo, la pregunta sigue siendo: ¿cuál es la estrategia general? ¿Cuál es el objetivo final?
El Chelsea sigue perdiendo más de 1.000 millones de euros a pesar de haber vendido muchos jugadores. |
A diferencia de Roman Abramovich, quien gasta dinero para ganar, Boehly y Clearlake son inversionistas financieros. No lo hacen por diversión ni para construir un legado futbolístico. Lo hacen para obtener ganancias.
Pero el problema es que el fútbol no es como los deportes estadounidenses, donde hay topes salariales, franquicias, no hay descenso y el valor de los clubes aumenta constantemente. En el fútbol europeo, el valor del equipo está ligado al rendimiento en la cancha. Hay que ganar, hay que clasificarse para la Champions League, hay que ganar trofeos para aumentar el valor.
El Chelsea sigue perdiendo más de mil millones de euros a pesar de haber vendido muchos jugadores. No pueden aumentar su valor sin ganar. Y para ganar, se necesita una estrategia futbolística, no financiera.
El Chelsea ahora parece más una gigantesca hoja de cálculo de Excel que un equipo. Cada jugador es un número. Cada fichaje es un acuerdo. No ven a los jugadores como piezas de un sistema táctico, sino como activos en una cartera de inversiones.
Los Blues parecen estar eludiendo lo más importante: ganar partidos. Y por eso, a pesar de gastar más que nadie, el Chelsea aún no logra convencer a la afición de que realmente sabe lo que hace.
Fuente: https://znews.vn/chelsea-chi-2-ty-euro-de-hoang-mang-post1567130.html
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