Según Xinhua, la victoria de Erdogan se produce en un contexto de dificultades económicas y la crisis del coste de la vida en el país. La lira turca ha perdido cerca del 80% de su valor frente al dólar estadounidense en los últimos cinco años y la tasa de inflación ronda el 50%. Si bien el equilibrio de poder había mostrado indicios de inclinarse a favor del presidente Erdogan antes de la segunda vuelta electoral, la ajustada victoria también puso de manifiesto las profundas divisiones en el país.

En declaraciones a sus simpatizantes frente al palacio presidencial en Ankara, el Sr. Erdogan enfatizó que las elecciones eran el evento "más importante" para Turquía en la era moderna. Instó al pueblo turco a unirse y mantenerse unido. "No hay perdedores. La victoria pertenece a los 85 millones de turcos", afirmó.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se dirige a sus partidarios después de ganar.

Durante la campaña electoral, el presidente Erdogan declaró que, de ganar, Turquía "cambiaría por completo y el futuro se vería de otra manera". Y ahora, reelegido, ha reiterado su promesa de que aliviar las dificultades económicas y sanar las heridas del devastador terremoto de febrero pasado serán sus principales prioridades.

La vacilante economía de Turquía será la prueba más inmediata para el presidente Erdogan, quien ha declarado que la inflación es el problema más acuciante del país, según los expertos. Es crucial que Turquía intervenga con la política monetaria para apuntalar la lira, que ha estado desplomándose debido a las bajas reservas de divisas.

Antes de la crucial votación para determinar quién será el presidente de Turquía, las reservas netas de divisas del país han caído en territorio negativo por primera vez desde 2002. Los expertos afirman que esto se relaciona con los recientes y controvertidos esfuerzos del gobierno turco para ganar las elecciones, que ha intentado mantener la lira estable mediante la implementación de políticas poco convencionales y el mantenimiento de tasas de interés bajas en un contexto de creciente inflación. Esto ha conllevado numerosos riesgos para la economía.

Se puede afirmar que el próximo mandato del presidente Erdogan enfrentará numerosas dificultades, ya que, además de los problemas económicos, también deberá soportar presiones nacionales e internacionales. Es probable que, en su nuevo mandato, Erdogan busque mejorar las relaciones con los países occidentales para atraer inversiones y reactivar la economía. Asimismo, la prioridad es normalizar las relaciones con los países de la región, el Mediterráneo Oriental y el norte de África, para crear un entorno estable que impulse el desarrollo económico.

Se sabe que tras la victoria del Sr. Erdogan, numerosos líderes y jefes de países árabes, Rusia, Estados Unidos, Irán y organizaciones regionales lo felicitaron. Esto demuestra el interés de la región y del mundo en las elecciones en general y en el Sr. Erdogan en particular.

Algunos expertos también creen que la continuidad del Sr. Erdogan en el cargo beneficiará las relaciones entre Rusia y Turquía. En su discurso de victoria, el presidente Erdogan se comprometió a implementar el proyecto de construcción de un centro internacional de gas en Turquía, propuesto por el presidente ruso, Vladímir Putin. Afirmó: «Fortaleceré aún más la posición de Turquía invirtiendo en los sectores del transporte y la energía, que constituyen la infraestructura básica para alcanzar un desarrollo a nivel mundial ».

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