Con la capacidad de diferenciarse en muchos tipos diferentes de células, las células madre se utilizan en el tratamiento de muchas enfermedades y desempeñan un papel importante en la investigación médica y el desarrollo de fármacos.
Las células madre desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de nuevos fármacos. Hoy en día, la mayoría de los nuevos fármacos deben someterse a pruebas en animales (ensayos in vivo) antes de poder utilizarse en humanos. Sin embargo, incluso si un fármaco es completamente apto para su uso en animales, no se garantiza que sea completamente seguro para su uso en humanos. La solución ideal al problema de los efectos secundarios de los fármacos es probar el fármaco en células humanas (ensayos in vitro) antes de iniciar los ensayos clínicos en humanos.
Numerosos estudios han demostrado que las células madre son herramientas eficaces para la investigación y el desarrollo de fármacos. Un estudio (2023) demostró que las células madre proporcionan una plataforma ideal para ensayos in vitro en la investigación farmacológica. Permiten la identificación de nuevas dianas moleculares, la evaluación de los efectos farmacológicos de los compuestos y la predicción de la eficacia clínica. Algunos ejemplos incluyen la creación de modelos de cáncer a partir de células madre de pacientes para evaluar la eficacia de las inmunoterapias.
Además de reemplazar tejido perdido o dañado, las células madre también pueden ayudar a acelerar la investigación y el análisis de fármacos. Al usar células madre para simular enfermedades a nivel celular, los científicos pueden comprender mejor su patogénesis y analizar eficazmente compuestos con potencial farmacológico.
Según el Instituto de Medicina Regenerativa de California (CIRM), la aplicación de tecnologías de células madre tras esclarecer los mecanismos de las enfermedades acortará el tiempo y el coste del desarrollo de fármacos. Se espera que la tecnología de células madre mejore significativamente la capacidad de las compañías farmacéuticas para detectar efectos secundarios en nuevos fármacos en una etapa mucho más temprana del proceso de desarrollo, reduciendo significativamente el tiempo necesario para desarrollar un nuevo fármaco.
Muchos países , como Estados Unidos, Canadá, Alemania, Japón y China, han aplicado la tecnología de células madre para desarrollar con éxito nuevos fármacos. Actualmente, las más populares son la tecnología de células madre pluripotentes (iPS) y la tecnología de transferencia nuclear de células somáticas (TNCS). Las células madre pluripotentes creadas mediante la tecnología de células iPS y la TNCS generan líneas celulares con características genéticas idénticas a las de la persona que las donó.
Un ejemplo es el proceso de investigación para producir medicamentos antiinflamatorios para pacientes con párkinson. El proceso de investigación farmacológica comienza con la toma de una pequeña muestra de células cutáneas de un paciente con párkinson. Los científicos cultivarán esta muestra de células en condiciones especiales para convertirlas en células nerviosas idénticas a las células dañadas en el cerebro del paciente. Tras un período de seguimiento, estas nuevas células reproducirán con precisión el proceso de la enfermedad de Parkinson en la placa de cultivo. Los investigadores observarán en detalle los cambios que ocurren dentro de las células al inicio de la enfermedad. De este modo, se desarrollarán métodos para el cribado precoz de medicamentos, ayudando a prevenir, ralentizar, detener o incluso revertir la progresión de la enfermedad de Parkinson.
Las células madre también se utilizan para evaluar la seguridad y los posibles riesgos de nuevos fármacos. Según el Dr. Bruce Conklin, investigador principal del Instituto Gladstone de Enfermedades Cardiovasculares, el cribado farmacológico mediante células madre pluripotentes inducidas es un método eficaz para detectar efectos secundarios tóxicos. Por consiguiente, las células madre se cultivan en tipos celulares maduros, como células cardíacas, hepáticas o cerebrales, y luego se exponen a nuevos fármacos o a posibles riesgos ambientales para registrar posibles efectos secundarios. Por ejemplo, se utilizan células madre neuronales para estudiar la enfermedad de Alzheimer y el cribado de inhibidores de beta-amiloide.
En realidad, las pruebas de medicamentos llevan años y cuestan millones de dólares. En Estados Unidos, un nuevo fármaco debe pasar por cuatro fases antes de poder comercializarse:descubrimiento y desarrollo, investigación preclínica, ensayos clínicos y revisión de la FDA. Además, el tiempo promedio que tarda un fármaco en pasar por las distintas etapas de desarrollo y recibir la aprobación de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) o la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) es de 10 años.
A largo plazo, las células madre abren nuevas vías para la medicina personalizada. Al crear modelos individuales de enfermedades utilizando las propias células madre del paciente, científicos y profesionales de la salud podrán predecir cómo responderá cada paciente a cada fármaco, aumentando la tasa de éxito del tratamiento y acortando el tiempo de recuperación.
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Fuente: https://baodautu.vn/phat-trien-thuoc-moi-tu-cong-nghe-te-bao-goc-d227540.html
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