El subdirector del Departamento de Asia y el Pacífico del FMI ha instado a las autoridades japonesas a considerar no intervenir en el mercado cambiario. (Fuente: Bloomberg) |
El Sr. Panth analizó que el tipo de cambio de la moneda japonesa se ve muy afectado por los fundamentos económicos. Mientras la brecha de tasas de interés entre este país asiático y EE. UU. se mantenga amplia, la moneda enfrentará una presión a la baja.
Desde 2022, en el contexto del continuo aumento de los tipos de interés en EE. UU. y otras grandes economías del mundo, las autoridades del Banco de Japón (BoJ) han mantenido una política de tipos de interés ultrabajos. Esta es la razón fundamental de la depreciación del yen, que alcanzó su mínimo en 32 años frente al dólar estadounidense. A mediados de septiembre de 2023, las autoridades japonesas indicaron que podrían intervenir si la moneda nacional continuaba depreciándose rápidamente.
Panth afirmó que el FMI considera que la intervención cambiaria solo es apropiada cuando hay graves turbulencias en el mercado, crecientes riesgos para la estabilidad financiera o riesgo de inflación insostenible. Sin embargo, en el caso del yen, ninguno de estos tres factores principales se presenta.
En septiembre y octubre de 2022, el BoJ, por primera vez desde 1998, compró moneda local para evitar una fuerte caída del yen, antes de que el valor de la moneda cayera a un mínimo de 32 años de 151,94 yenes por dólar.
Sin embargo, a pesar de los recientes mínimos del yen, el gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, ha mantenido su determinación de alcanzar el objetivo de inflación del 2%. Ha enfatizado la necesidad de mantener los tipos de interés extremadamente bajos hasta que la inflación alcance el objetivo, gracias a la fuerte demanda y al crecimiento sostenido de los salarios.
Las perspectivas de inflación a corto plazo de Japón tienen más riesgos al alza que a la baja, ya que la segunda economía más grande de Asia está operando cerca de su capacidad plena y el aumento de los precios está cada vez más impulsado por una demanda sólida, dijo Panth.
Sin embargo, también afirmó que no era el momento adecuado para que el Banco de Japón (BoJ) subiera los tipos de interés a corto plazo, dada la incertidumbre sobre la demanda global, lo cual podría perjudicar la economía japonesa, dependiente de las exportaciones. El Sr. Panth recomendó que el BoJ siguiera implementando medidas que permitieran una mayor flexibilidad en los tipos de interés a largo plazo, sentando las bases para un eventual ajuste monetario.
El Banco de Japón (BoJ) mantiene actualmente su tipo de interés a corto plazo en el -0,1 %. Su objetivo es el rendimiento de los bonos a 10 años en el 0 % bajo su política de control de la curva de rendimientos (YCC). Ante la presión que ejerce el aumento de la inflación sobre los rendimientos de los bonos, el BoJ ha relajado su estricto control sobre los tipos de interés a largo plazo, elevando así el límite máximo de los tipos de interés en diciembre de 2022 y julio de 2023.
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