Un perro fue guiado a un lugar seguro por un cocodrilo luego de ser perseguido hasta el río por una jauría de perros salvajes.
Utkarsha M. Chavan y Manoj R. Borkar
En un estudio reciente publicado en el Journal of Threatened Taxa , los científicos analizaron un incidente sorprendente cuando tres cocodrilos de pantano salvaron a un perro en el río Savitri, en el estado de Maharashtra (India).
Un estudio a largo plazo sobre el comportamiento de los cocodrilos de pantano en estado salvaje reveló que un perro era perseguido hasta el río por una jauría de perros salvajes. En las aguas poco profundas esperaban tres cocodrilos adultos que podrían haberse comido al desafortunado animal.
Los cocodrilos se acercaron, pero no atacaron. Dos cocodrilos incluso guiaron al perro fuera del agua hacia una orilla donde no esperaba ninguna jauría de perros salvajes feroces.
“Estos cocodrilos tocaron al perro con el hocico, lo que lo impulsó a moverse más hacia un lugar seguro y finalmente escapar”, según el estudio de los autores Utkarsha M. Chavan, de la Universidad Hazarimal Somani, y Manoj R. Borkar, del Carmel College, ambos en India.
Los investigadores desconocen por qué el caimán empujó al perro a un lugar seguro, aunque afirmaron que parecía que el hambre de los animales había desaparecido. También especularon que este comportamiento podría ser evidencia de empatía interespecies en los reptiles.
El estudio también señaló que habían encontrado dos casos de cocodrilos atacando perros salvajes.
Además, el estudio describe otros comportamientos de los cocodrilos que, según afirman, merecen mayor investigación. Parecen colaborar para cazar peces e incluso se llevan pequeñas ramas al hocico para atraer aves.
Otro hallazgo interesante fue que los cocodrilos parecían tener predilección por las caléndulas, que se arrojan al río durante las ceremonias funerarias locales. Con frecuencia flotaban, tomaban el sol y se tumbaban cerca de las flores. Los investigadores creen que las caléndulas tienen propiedades antibacterianas que podrían ser beneficiosas.
Duncan Leitch, experto en reptiles de la Universidad de California en Los Ángeles (EE.UU.), que no participó en la investigación, advirtió del peligro de confiar demasiado en las observaciones.
“Los cocodrilos tienen un comportamiento muy complejo”, dijo, advirtiendo contra interpretar su comportamiento desde una “perspectiva antropomórfica” o “tratar de atribuirles habilidades que tal vez no tengan”.
Por su parte, los autores argumentan que sus observaciones muestran que existe una gran necesidad de estudiar las capacidades cognitivas de los cocodrilos, y que pueden ser más inteligentes de lo que mucha gente piensa.
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