Lavarse la cara con agua salada puede ayudar a eliminar las células muertas, dejándola más suave y luminosa. ¿Es cierto o falso? (Mi hija de 25 años, Ciudad Ho Chi Minh)
Responder:
La sal actúa como un exfoliante mecánico, dejando la piel más suave, tersa y luminosa. Gracias a su acción osmótica, absorbe toxinas, extrae la suciedad y la grasa, y reduce el tamaño de los poros.
Sin embargo, la sal es corrosiva y puede dañar la piel si se usa en altas concentraciones durante un tiempo prolongado. Lavarse la cara con agua salada puede causar ardor, resequedad en la piel, incluso agravar algunas enfermedades como la dermatitis atópica y la dermatitis de contacto, o incluso oscurecer la piel si no se hace correctamente.
Si quieres usar un lavado casero con agua salada, hierve 500 ml de agua del grifo y 1 cucharadita (5 ml) de sal marina o de mesa (evita usar sal gruesa). Guarda la mezcla en un recipiente hermético con la tapa ligeramente entreabierta. Una vez que alcance la temperatura ambiente, cierra bien el recipiente y guárdalo para lavarte la cara. Si tienes la piel seca, es más seguro y recomendable usar productos formulados profesionalmente.
Al lavarte la cara con agua salada, límpiala suavemente con un disco de algodón humedecido en agua. Aplica una crema hidratante adecuada para tu tipo de piel para prevenir la sequedad. Puedes empezar por lavarte la cara con agua salada una o dos veces por semana para comprobar tu piel.
Nunca te exfolies al lavarte la cara con agua salada. Deja de usarlo si notas cualquier signo como enrojecimiento, descamación, tirantez, picazón, descamación o decoloración. Consulta con un dermatólogo de inmediato para recibir tratamiento e instrucciones adecuadas para el cuidado de la piel.
Dr. Le Thao Hien, MSc., Departamento de Dermatología - Hospital de Dermatología de la Ciudad de Ho Chi Minh
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