El sueño de Senh

Sung A Senh, del grupo étnico Mong, de 19 años, nació y creció en la aldea de Ngai Phong Cho, comuna de Sin Cheng (distrito de Si Ma Cai).

Como muchas familias del pueblo, Senh tuvo una vida difícil. Para ganarse la vida, sus padres trabajaban en otras provincias y solo venían de visita cada pocos años. Sus hermanos y hermanas estaban casados y tenían sus propias familias. Antes de cumplir los 10 años, Senh vivía solo en una pequeña y destartalada casa en la ladera de una colina, viviendo y estudiando de forma independiente.

El poco dinero que sus padres enviaban a casa solo le alcanzaba para comprar arroz, útiles escolares y pagar sus estudios. De mayor, cada verano, Senh y sus amigos iban a la ciudad de Lao Cai a trabajar un poco más para ganar dinero y cubrir parte de sus gastos. Así, el pequeño Senh, de piel oscura, sobrevivió tranquilamente a los veranos calurosos, los días lluviosos y los gélidos inviernos. La vieja casa estaba en ruinas y no podía protegerlo completamente de la lluvia ni del sol. En momentos como ese, Senh simplemente se sentaba en un rincón de la casa, mirando al cielo a través de pequeños agujeros en el techo, diciéndose a sí mismo que se esforzaría en estudiar para tener una vida mejor. Con un teléfono viejo que le había regalado un familiar, y sin dinero para comprar datos móviles, Senh solía ir a casa de un vecino a usar internet y descargar los documentos necesarios para sus estudios. Hasta ahora, la familia de Senh todavía se considera pobre.

El sueño de Senh de convertirse en guardia fronterizo se alimentó gracias a las historias de su abuelo sobre los soldados del tío Ho; las veces que Senh presenció cómo oficiales y soldados de la Estación de Guardia Fronteriza de Si Ma Cai iban a la aldea para ayudar a sus abuelos y a la gente a construir caminos, reparar casas, cosechar productos agrícolas, difundir leyes y educar a los estudiantes sobre las tradiciones revolucionarias. Gracias a sus buenos logros académicos, Senh solía unirse a la delegación de oficiales y maestros de la escuela para desearles un feliz año nuevo a los oficiales y soldados de la Estación de Guardia Fronteriza de Si Ma Cai. A través de las conversaciones, Senh aprendió más sobre las tradiciones y las tareas de los guardias fronterizos. Senh también quedó impresionado con el estilo de vida, el estudio y el trabajo de los oficiales y soldados de la unidad. Su sueño se hacía realidad cada día: Senh quería convertirse en un soldado de "uniforme verde" para proteger la frontera de su tierra natal, ayudando a sus abuelos, padres y aldeanos a tener una vida mejor.

Tras graduarse de la preparatoria, en el primer examen, Senh obtuvo una puntuación ligeramente inferior a la deseada, por lo que no logró aprobar la Academia de Guardias Fronterizos. Sin renunciar a su sueño, Senh pidió permiso a su familia para regresar a Phu Tho , tanto para buscar trabajo como para prepararse para el examen del año siguiente. Senh aún recuerda aquellos días en que trabajaba horas extras y regresaba tarde a su habitación alquilada. A menudo se despertaba entre las 3 y las 4 de la mañana para repasar sus lecciones. Sin las condiciones para asistir a clases extra, Senh estudiaba principalmente por su cuenta y se matriculó en un curso de repaso en línea para ahorrar dinero. Durante todo el año, su rutina diaria se repitió así.

En respuesta a su constante esfuerzo y trabajo duro, en su segundo intento, Senh se alegró mucho cuando fue admitido en la Academia de la Guardia Fronteriza de Vietnam. El día del ingreso, la unidad le proporcionó uniforme militar y pertenencias personales. Senh se puso el uniforme inmediatamente e hizo una videollamada para presumir ante sus abuelos y padres. En ese momento, toda la familia lloró de emoción, alegría y orgullo.

En el nuevo entorno de aprendizaje y formación, Senh no podía evitar la confusión, especialmente con los ejercicios de entrenamiento físico; sin embargo, se adaptó rápidamente. En algunos contenidos de aprendizaje y formación, Senh también recibió elogios y aliento de sus profesores. En su tiempo libre, Senh creó cuentas en redes sociales para presentar a su familia, su ciudad natal y su escuela, las cuales fueron apreciadas y compartidas por muchos jóvenes, contribuyendo así a difundir y animar a sus amigos y alumnos a estudiar con ahínco.

Para alcanzar su sueño de convertirse en guardia fronterizo, Senh aún tiene un largo camino por recorrer, con muchas dificultades y desafíos. Espera que, tras graduarse, sus superiores lo asignen a trabajar en Lao Cai. Cree que, con su amor por el uniforme verde y su propia determinación, ese sueño pronto se hará realidad, contribuyendo a proteger las fronteras de su patria y transmitiendo el mensaje de que cada vez más jóvenes se esforzarán por superar las dificultades, perseguir sus sueños y construir el futuro.

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