Entre las alternativas a los plásticos petroquímicos, los plásticos de origen biológico están ganando popularidad.
Estos plásticos de origen biológico, utilizados principalmente en productos de embalaje, representan actualmente menos del 1% de la producción mundial de plástico.
Los bioplásticos son plásticos fabricados con menos petróleo, utilizando productos agrícolas no fósiles como el bagazo de caña de azúcar, el almidón de maíz o de trigo.
Según la definición europea, los bioplásticos son polímeros de origen biológico y biodegradables, tanto en el entorno natural como en condiciones industriales. El requisito mínimo para ser considerado de origen biológico es del 50 %, pero este porcentaje aumentará al 60 % el próximo año.
Laboratorios de todo el mundo siguen desarrollando nuevos plásticos de origen natural. La empresa química francesa Arkema está desarrollando un bioplástico a base de aceite de ricino llamado PBAT, que se utiliza en calzado deportivo e interiores de automóviles. Una marca suiza y sus socios taiwaneses también están trabajando en Bananatex, un tejido biodegradable elaborado a partir de hojas de plátano.
Sin embargo, no todos los bioplásticos son completamente biodegradables en condiciones naturales. Algunos plásticos, como el PLA (ácido poliláctico), requieren compostaje industrial a temperaturas de entre 35 y 60 grados Celsius.
Según la Fundación Heinrich Boll, la mayoría de los plásticos de origen biológico no son totalmente biodegradables ni compostables. Por ello, Nathalie Gontard, directora de investigación del Instituto Nacional de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de Francia, considera que los plásticos de origen biológico no ofrecen beneficios reales, ya que no se descomponen de forma natural, sino que se descomponen en microplásticos y nanoplásticos.
La Sra. Gontard destacó la ambigüedad del término "biodegradable", señalando que las definiciones varían considerablemente. Algunos materiales se consideran biodegradables si se descomponen en cuestión de meses o años, mientras que otros pueden tardar mucho más.
Si bien los plásticos de origen biológico podrían reducir las emisiones de CO2 en la industria del plástico, los expertos advierten que una mayor demanda de tierras agrícolas para cultivar materias primas podría conducir a cambios en el uso de la tierra o deforestación, lo que potencialmente podría aumentar las emisiones de CO2.
Pauline Debrabandere, de la ONG Zero Waste, destacó que la producción de bioplásticos traslada la carga a las tierras agrícolas, que se utilizan principalmente para la producción de alimentos.
Según Linh To/VNA
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Fuente: https://doanhnghiepvn.vn/cong-nghe/tim-giai-phap-sinh-hoc-thay-the-ben-vung-cho-nhua-hoa-dau/20241030093633001
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