Personas mayores del barrio Song Cong practican ejercicios de salud. Foto: TL |
Según la Ley de la Tercera Edad de Vietnam, las personas mayores de 60 años se consideran ancianos. Esta generación ha experimentado altibajos, posee una rica experiencia vital, ha trabajado arduamente y ha soportado las dificultades, es un tesoro del conocimiento popular y un apoyo espiritual para sus hijos y nietos.
Según las estadísticas, para 2023, Vietnam contará con aproximadamente 16,1 millones de personas mayores, lo que representa casi el 17 % de la población total. De ellas, 10,3 millones viven en zonas rurales; más de 10 millones carecen de pensión. La tasa de participación de las personas mayores en organizaciones sociales sigue siendo baja, especialmente en zonas rurales, remotas y aisladas.
Se prevé que para 2038, el número de personas mayores de 60 años en nuestro país superará los 21 millones, lo que representa el 20% de la población. Para 2036, Vietnam se convertirá oficialmente en una sociedad "envejecida" y, para 2050, en una sociedad "superenvejecida", con más del 25% de la población adulta mayor.
El Partido y el Estado están implementando con firmeza muchos aspectos relacionados con la atención a la salud mental y física de las personas mayores. Sin embargo, en la era digital, que avanza rápidamente, para quienes han vivido un período de privación de información, este cambio no solo representa un desafío tecnológico, sino también un desafío en cuanto a la capacidad de discernir entre la verdad y la falsedad, entre lo correcto y lo incorrecto.
Según estadísticas del antiguo Ministerio de Información y Comunicaciones , para principios de 2025, la tasa de usuarios de internet en Vietnam alcanzará aproximadamente el 78,8 % de la población, lo que equivale a 79,8 millones de personas. De este porcentaje, las personas mayores representan casi el 20 %, lo que demuestra un aumento significativo en el acceso de estas personas a la tecnología.
Como disponen de mucho tiempo libre y necesitan compartir y comunicarse, la mayoría de las personas mayores usan internet para unirse a Facebook y Zalo. Las redes sociales abren un mundo nuevo, vibrante y atractivo para las personas mayores.
Nacidos y criados durante la guerra, durante el período de subsidios, viviendo una vida sencilla y rural, priorizando la confianza... al entrar en el mundo virtual, muchos ancianos son víctimas de delincuentes. No saben que sus hábitos y preferencias al navegar por internet son registrados y analizados por algoritmos. Los delincuentes se aprovechan de esto para engañar a los ancianos y convencerlos de que compren medicinas, reciban productos baratos, participen en viajes sin gastar una fortuna ... y luego se apropien de sus bienes.
Las personas mayores también suelen creer en personas que dicen ser representantes de autoridades públicas como policías, abogados, tribunales o personas con altos cargos o estatus social... y se dejan engañar por el imitador.
Además, innumerables programas falsifican rostros y voces, haciéndoles creer erróneamente que son familiares o amigos, lo que lleva a la pérdida de todo el dinero que han ahorrado durante toda su vida.
No solo son víctimas, sino que algunas personas mayores también provocan caos social sin querer. Debido a su confianza en sus experiencias vitales, muchas son conservadoras, se aferran a sus opiniones personales, imponen un pensamiento anticuado y emocional, y rechazan el espíritu de innovación. Son fácilmente aprovechados por personas mal intencionadas, lo que lleva a la opinión pública a una dirección negativa.
También debido a sus características psicológicas crédulas y emocionales, muchas personas mayores se apresuran a compartir, comentar y difundir información mala y tóxica: imágenes y vídeos creados por inteligencia artificial para difamar a la sociedad, historias inventadas sobre robos, injusticias, etc. causando confusión pública, afectando la seguridad y el orden social.
La mayoría de las personas mayores no son conscientes de las consecuencias de sus actos. Muchos comparten información por amabilidad, con el deseo de aportar sus opiniones, conectar y ser escuchados. No podemos atribuir ni culpar, pero desde esa realidad, debemos encontrar maneras de ayudar a las personas mayores a adaptarse a la nueva era.
Es claro que los adultos mayores no pueden permanecer al margen de la vida digital, pero tampoco pueden participar de manera inexperta y sin dirección.
Nuestro Partido y Estado siempre prestan atención y desarrollan numerosos mecanismos para proteger a las personas mayores. La Resolución del XIII Congreso Nacional del Partido (2021) afirma el papel de las personas mayores en la estrategia de desarrollo sostenible. La Decisión 1579/QD-TTg del Primer Ministro (2020) establece claramente: «Fortalecer la comunicación para concienciar a las personas mayores sobre el impacto de la tecnología; apoyar su acceso a la tecnología y evitar su explotación».
El programa nacional de transformación digital busca "no dejar a nadie atrás", fomentando el desarrollo de aplicaciones adaptadas a las personas mayores y garantizando la seguridad de su información personal. Movimientos como "Vejez: Buen ejemplo" y "Las personas mayores participan en la construcción de nuevas zonas rurales", junto con un sistema de gimnasios, centros de salud y clubes culturales a nivel local, han contribuido a crear un entorno de vida positivo para las personas mayores. Muchas localidades, como Hanói, Ciudad Ho Chi Minh, Quang Ninh, etc., organizan cursos de capacitación en habilidades digitales para personas mayores.
Sin embargo, se necesitan "escudos" más prácticos para proteger a las personas mayores de los innumerables peligros que acechan en el ciberespacio. En primer lugar, las familias con personas mayores deben ser la primera capa de protección. Es necesario replicar el modelo de "Los niños enseñan a los padres, los nietos enseñan a los abuelos a usar los teléfonos inteligentes".
Las escuelas deben educar a los estudiantes para que sean conscientes de sus responsabilidades hacia sus abuelos, comprendan la psicología de los mayores como personas temerosas de los problemas y vulnerables, y desde allí sepan guiarlos con paciencia, escucharlos y ayudarlos a instalar herramientas para bloquear contenidos dañinos.
El segundo nivel de protección lo constituyen las organizaciones sociales en las zonas residenciales, donde viven las personas mayores. Entre ellas, la voz de la policía local es muy valorada por las personas mayores. No es difícil invitar a las personas mayores a la casa cultural del pueblo o aldea para escuchar propaganda sobre el fraude. Las reuniones en las aldeas también son una oportunidad para que la policía se reúna y comparta la situación de seguridad y orden, así como las manifestaciones negativas que surgen en el entorno digital.
Además, los medios de comunicación también deben desempeñar un papel orientador. Los programas de televisión y radio dedicados a las personas mayores deben actualizar los conocimientos de actualidad y las habilidades digitales, y reflejar formas sofisticadas de fraude para aumentar la vigilancia de los espectadores.
Las agencias de prensa necesitan crear artículos que reflejen vívidamente la vida de las personas mayores en la era de la transformación digital, destacando su rol ejemplar, sus experiencias y su integración positiva. Honrar a las personas mayores que saben usar la tecnología para difundir la bondad y proteger la verdad en las redes sociales también contribuye a cambiar la percepción común, alentando a las personas mayores a participar en el ciberespacio de forma proactiva, segura y civilizada.
Al entrar en la madurez, las personas mayores merecen una vida sana y segura. En la sociedad moderna actual, proteger a las personas mayores de la información perjudicial es una de las soluciones importantes para mantener la seguridad política y el orden social, protegiendo así firmemente la base ideológica del Partido en el nuevo contexto.
Fuente: https://baothainguyen.vn/xa-hoi/202507/nguoi-cao-tuoi-de-bi-loi-dung-van-de-dang-quan-tam-33d216e/
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