El crecimiento de la población, el aumento de la riqueza y la rápida urbanización, sin el apoyo de sistemas adecuados de gestión de residuos, han estado alimentando una crisis mundial de residuos.
El desarrollo de una economía circular no solo aporta beneficios ambientales, sino que también crea nuevas oportunidades económicas. (Fuente: idatax.in) |
La economía circular (EKTH) se entiende generalmente como un modelo económico que opera en círculo. En consecuencia, los residuos de una actividad se convierten en las materias primas de una nueva, formando un ciclo cerrado. Gracias a ello, el valor de los productos, las materias primas y los recursos se mantiene en la economía durante el mayor tiempo posible, lo que facilita el uso de los recursos como insumos y minimiza los residuos, reduciendo significativamente la contaminación ambiental y las emisiones.
¿Crisis mundial de residuos?
Un estudio sobre economía circular realizado por la Secretaría de la Cooperación Económica Asia- Pacífico (APEC) concluyó que la generación de residuos es un problema global que se está agravando. El Banco Mundial (BM) advirtió que la cantidad de residuos sólidos a nivel mundial aumentará un 69 % anual, de 2000 millones de toneladas en 2016 a 3400 millones de toneladas en 2050.
Las economías de altos ingresos generan un tercio de los residuos globales, a pesar de albergar solo el 16% de la población mundial . Las economías de bajos ingresos, en cambio, generan más residuos per cápita, un problema especialmente grave debido a la ineficiencia de los sistemas de gestión de residuos y a la falta de concienciación.
Los residuos mal gestionados son fuente de contaminación oceánica, emisiones de gases de efecto invernadero, contaminación del paisaje y daños a la salud y la economía. En particular, la gestión de los residuos plásticos es más difícil porque el plástico no solo no es biodegradable, sino que se sigue produciendo en grandes cantidades.
Según un informe de las Naciones Unidas, el mundo produce más de 300 millones de toneladas de residuos plásticos al año, de los cuales el 79 % termina en vertederos o en el medio ambiente, el 12 % se incinera y solo el 9 % se recicla. Cada minuto se consumen alrededor de un millón de botellas y 5 billones de bolsas de plástico. La contaminación por plásticos se ha convertido en uno de los problemas ambientales más acuciantes del mundo, amenazando el entorno vital y el sustento de las personas.
La región de la APEC no es un caso excepcional que pueda mantenerse al margen de la crisis de los residuos. Los líderes regionales han expresado reiteradamente sus preocupaciones, enfatizando que la solución no reside en las fronteras de ningún país o economía, sino que requiere la acción colectiva e inmediata de todos.
En este sentido, se propone la economía circular como una solución viable, sustituyendo la conocida economía lineal –que descarta materiales después de un uso–, fomentando el uso sostenible y eficiente de los recursos, con residuos cercanos a cero y la regeneración de los sistemas naturales.
En el último evento sobre economía circular coorganizado por la Secretaría de APEC (24 de octubre) - Taller internacional sobre "Desarrollo de la economía circular en la agricultura: El camino hacia el desarrollo sostenible en las economías de APEC", los expertos afirmaron una vez más que la transición de la economía lineal a la economía circular es esencial para todas las economías del mundo.
Que la basura no sea basura
La experiencia de algunas economías de la APEC, como Filipinas, Tailandia, Malasia, China y Japón, muestra que la aplicación de la economía circular no sólo aporta beneficios ambientales, sino que también crea nuevas oportunidades económicas, mejora la salud pública y aumenta la competitividad empresarial.
Por lo tanto, la economía circular, centrada en la reutilización, el reciclaje y la optimización del uso de recursos, ofrece oportunidades no solo para minimizar los impactos negativos en el medio ambiente, sino también para promover la innovación y la creatividad en las industrias. Este modelo ayuda a reducir la presión sobre los recursos naturales y a crear valor económico sostenible, abriendo nuevas oportunidades para las empresas y las comunidades.
Filipinas ha logrado avances significativos en la promoción de la economía circular, en particular mediante políticas e iniciativas sobre gestión de residuos y energías renovables. La Ley de Gestión de Residuos Sólidos se promulgó para mejorar la gestión de residuos mediante la separación en origen, el reciclaje y la eliminación sostenible. La ley exige que todas las ciudades y municipios cuenten con un plan de gestión de residuos sólidos que abarque la recolección, el transporte, el tratamiento y la eliminación de residuos. Esto contribuye a la concienciación pública y a promover la participación de empresas y ciudadanos en el proceso de reciclaje.
De igual manera, uno de los proyectos más destacados de Malasia es la "Fábrica Verde", donde se incentiva a las empresas a reutilizar y reciclar materiales, mejorar el diseño de sus productos para prolongar su vida útil y reducir los residuos. El gobierno apoya firmemente a las empresas que participan en este proyecto, brindándoles préstamos preferenciales, asistencia técnica y programas de capacitación para ayudarles a adoptar procesos de producción sostenibles.
Desde 2016, China ha establecido más de 5095 fábricas ecológicas, 371 parques industriales ecológicos y 605 empresas de gestión de la cadena de suministro ecológica, con cerca de 35 000 productos ecológicos. Una de las iniciativas clave es el desarrollo y la aplicación de tecnologías de reciclaje y reutilización de materiales, especialmente en la industria de las baterías. Pekín ha implementado un sistema integral de políticas de reciclaje de baterías, que supervisa y gestiona desde la producción hasta la reutilización y la eliminación final, estableciendo un sistema eficiente de reciclaje de baterías, minimizando el impacto ambiental y promoviendo la sostenibilidad de la industria.
Las iniciativas típicas de Tailandia para desarrollar una economía circular son el establecimiento de fábricas y parques industriales ecológicos. Entre 1995 y 2024, Tailandia construyó más de 6.000 fábricas y parques industriales ecológicos a nivel provincial y municipal, además de casi 300 parques industriales ecológicos. El gobierno tailandés creó más de 35.000 productos ecológicos, centrándose en el desarrollo de cadenas de suministro ecológicas y el ecodiseño, que contribuyen a minimizar el impacto ambiental y a generar valor económico sostenible.
La experiencia de Japón demuestra que construir una economía circular requiere un marco político integral y un fuerte compromiso tanto del sector público como del privado. Las políticas de apoyo, junto con la estrecha colaboración entre las partes interesadas y el desarrollo de tecnologías avanzadas, son clave para el éxito.
En realidad, la economía circular se está imponiendo cada vez más como una dirección estratégica en todas las economías, especialmente en el contexto en el que los recursos naturales se están agotando cada vez más y la contaminación ambiental se está convirtiendo en un problema urgente.
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Fuente: https://baoquocte.vn/kinh-te-tuan-hoan-con-duong-phat-trien-ben-vung-292860.html
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