Según los expertos de The Economist, la economía europea está estancada en todos los aspectos. En concreto, el crecimiento de este bloque en la última década fue de tan solo el 4 %. Incluso a partir de 2022, la economía de este bloque y la del Reino Unido no experimentarán crecimiento alguno.
Sede de la Comisión Europea en Bruselas, Bélgica. Fuente de la foto: Simon Wohlfahrt, Bloomberg |
La desaceleración se produce en un momento en que Europa necesita crecimiento económico para financiar su defensa, especialmente ante el agotamiento de la ayuda estadounidense a Ucrania. También necesita las condiciones económicas para alcanzar sus objetivos de energía verde, ya que la UE aspira a ser neutral en carbono para 2050. Y eso sin mencionar los obstáculos de larga data para el crecimiento económico, como la demografía, las regulaciones onerosas y la insuficiente integración del mercado.
Según los expertos, la economía de la UE seguirá enfrentándose a dificultades en los próximos tiempos debido a tres grandes shocks: la energía, las importaciones de China y los aranceles de Estados Unidos.
En el ámbito energético, si bien la crisis del gas en la región ha terminado, sus repercusiones persisten. Tras el lanzamiento de una campaña militar rusa en Ucrania en 2022, que redujo el suministro, los precios del gas natural en la UE se dispararon, alcanzando un máximo histórico de más de 330 €/MWh en agosto de 2022. Si bien los precios del gas se normalizaron a principios de este año, el suministro de gas a largo plazo a la región sigue siendo una incógnita. Si continúan las importaciones de gas, la UE podría incumplir sus objetivos en materia de energías renovables.
Más grave es el impacto del aumento de las importaciones baratas procedentes de China, que, si bien beneficia a los consumidores, podría perjudicar a los fabricantes y exacerbar las tensiones sociales. El crecimiento verde también es un objetivo económico para China, que depende de los bienes ecológicos para impulsar su economía nacional. En particular, en las exportaciones de vehículos eléctricos, la cuota de mercado global del país podría duplicarse para 2030. Esto será una gran preocupación para gigantes europeos del automóvil como Volkswagen y Stellantis, que ya dominan el mercado.
El golpe de gracia viene del aliado más antiguo de la UE, Estados Unidos. Encuestas recientes muestran que el resultado de las próximas elecciones de noviembre en este país está extremadamente reñido. Si Donald Trump regresa a la Casa Blanca en enero del próximo año, los productos de este continente también podrían estar sujetos a enormes aranceles. Si bien Trump impuso aranceles a las importaciones de acero y aluminio de Europa en su mandato anterior, podría imponer un arancel del 10 % a todas las importaciones del bloque en esta ocasión. Una nueva guerra comercial sería una terrible perspectiva para los exportadores europeos, que tendrán 500 000 millones de euros en ingresos en Estados Unidos para 2023.
¿Qué debe hacer Europa para salvar su economía?
En los últimos años, los bancos centrales europeos han combatido la inflación, con razón, subiendo los tipos de interés. A diferencia de Estados Unidos, los gobiernos europeos están equilibrando mejor sus presupuestos, lo que debería frenar sus economías, mientras que las importaciones baratas de China reducirán directamente la inflación. Esto dará a los bancos centrales del bloque margen para recortar los tipos de interés y así impulsar el crecimiento. Si los bancos centrales mantienen sus economías fuera de la recesión, será más fácil afrontar las perturbaciones externas.
Según los expertos de The Economist, el gran error sería que Europa siguiera el proteccionismo de Estados Unidos y China, implementando enormes subsidios para industrias clave. La competencia por los subsidios no solo es una guerra de alto riesgo, sino que también desperdicia recursos ya escasos en Europa. El lento crecimiento económico reciente ha puesto de manifiesto las deficiencias de la excesiva planificación económica por parte de China. En Estados Unidos, la política industrial del presidente Joe Biden no ha impresionado a los votantes como se esperaba, lo que reduce cada vez más las perspectivas de su segundo mandato.
Por otro lado, si se aprovecha, el proteccionismo de China y Estados Unidos podría impulsar la economía de la UE. El auge manufacturero en Estados Unidos representa una oportunidad para que los fabricantes europeos suministren componentes. Las importaciones baratas de China facilitarían la transición a la energía verde y ayudarían a los consumidores con dificultades.
Además, los expertos recomiendan que Europa desarrolle sus propias políticas económicas adaptadas a la situación actual. En lugar de invertir fondos públicos en la industria como Estados Unidos, Europa debería invertirlos en infraestructura, educación e investigación y desarrollo. En lugar de copiar los planes económicos de China, Europa debería aprender de las empresas chinas sobre el acceso al mercado interno. Si la UE integra su mercado de servicios, unifica sus mercados de capitales y flexibiliza las regulaciones vigentes, puede fomentar la innovación y recuperar los empleos perdidos.
En particular, The Economist destacó que: «Solo un mercado ampliado puede impulsar el crecimiento económico europeo en un mundo convulso» . El periódico también aconsejó a los diplomáticos europeos que firmaran acuerdos comerciales siempre que fuera posible, en lugar de permitir que las negociaciones se retrasaran como antes.
Oportunidades de desarrollo económico entre Vietnam y la UE
El fortalecimiento de la cooperación económica entre Vietnam y la UE sin duda beneficiará a ambas partes en un período de desarrollo económico y geopolítico global cada vez más complejo. La UE es actualmente el cuarto socio comercial, el sexto mayor inversor y el mayor socio en ayuda no reembolsable de Vietnam. Además, Vietnam es uno de los pocos países asiáticos con las relaciones más integrales con la UE, y el único país de la región que cuenta con todos los pilares de cooperación con la UE.
Del lado vietnamita, la UE se considera un mercado potencial para los productos agrícolas, especialmente desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio entre Vietnam y la UE (TLCEV). Según este acuerdo, muchos de los principales productos agrícolas vietnamitas exportados a la UE, como café, arroz, pimienta, anacardos, verduras, té y caucho, gozan de tasas impositivas preferenciales, lo que aporta importantes ventajas competitivas a los productos agrícolas vietnamitas.
Desde la implementación del EVFTA, además de beneficiarse de las actividades de exportación, muchas empresas vietnamitas han incrementado la importación de maquinaria y equipos de la UE, lo que ha contribuido a elevar los estándares de calidad de sus productos y a aumentar su capacidad de integración en la cadena de valor global, mejorando así la competitividad de los productos vietnamitas en el mercado mundial. Asimismo, el volumen de importación de otros productos clave de la UE, como productos farmacéuticos, químicos, leche y productos lácteos, también aumentó el año pasado, según un informe del Ministerio de Industria y Comercio.
Recientemente, durante su visita y trabajo en Vietnam en enero de 2024, el Sr. Bernd Lange, presidente de la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, afirmó que, en el futuro, Vietnam será un destino estable en un contexto mundial de gran incertidumbre. También evaluó que Vietnam y la UE mantienen una relación estable y de confianza, así como una buena cooperación en diversos ámbitos, con numerosos acuerdos firmados, por lo que ambas partes deben cooperar estrechamente para impulsar esta relación y profundizarla en el futuro.
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