En 2014, el European Journal of Nutrition publicó los resultados de un estudio sobre el consumo de té negro en el que participaron más de 8.000 personas.
8.821 hombres y mujeres de entre 45 y 89 años participaron en el experimento. Los científicos descubrieron que quienes bebían más de dos tazas de té negro al día tenían una circunferencia de cintura y un índice de masa corporal (IMC) más bajos que quienes bebían menos de una taza al día.
El té negro se elabora a partir de las hojas de un arbusto llamado Camellia sinensis. Contiene cafeína, estimulantes y antioxidantes. El té negro reduce la grasa visceral y también puede inhibir su absorción si se consume dentro de los 30 minutos posteriores a una comida. Esto se debe a que la cafeína del té negro también puede promover la quema de grasa.
El té negro reduce la grasa visceral y también puede inhibir su absorción si se bebe dentro de los 30 minutos posteriores a una comida. (Foto: Pinterest)
Además, el té negro también tiene el efecto de calentar el cuerpo, ayudando a mantener la mente alerta y energizando el cuerpo; es rico en antioxidantes, incluidos polifenoles y catequinas; puede prevenir el cáncer; mejorar la salud cardiovascular; mejorar el metabolismo; mejorar la salud digestiva.
Algunas evidencias también muestran que beber té negro regularmente ayuda a reducir el riesgo de enfermedades como la diabetes, el colesterol alto, los cálculos renales, la enfermedad de Parkinson, la osteoporosis y la caries dental.
Sin embargo, la cafeína del té negro puede afectar el sueño, así que si eres propenso al insomnio, bebe el té antes del mediodía y evita beberlo por la tarde y la noche.
El famoso médico japonés Yuki Ishihara recomienda combinar jengibre y té negro para calentar el cuerpo. Puedes moler unos 10 gramos de jengibre viejo hasta obtener un polvo fino, envolverlo en una gasa para extraer el jugo y añadir unas 10 gotas al té negro caliente. También puedes añadir un poco de miel o azúcar moreno.
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