Enzo Maresca, como en su día lo hizo Thomas Tuchel en el Chelsea, se enfrenta a su propio momento decisivo. |
Enzo Maresca, al igual que Thomas Tuchel en el Chelsea, se enfrenta a su propio momento decisivo. En 90 minutos en el MetLife Stadium, los "Blues" tendrán la oportunidad de proclamarse campeones del mundo , un título que antes estaba lejos para este equipo en proceso de reconstrucción.
Pero más importante que el trofeo es el resultado: éste podría ser un punto de inflexión importante en el camino de Maresca para dar forma y afirmar su filosofía futbolística, un sistema que ha sido criticado por ser rígido y demasiado teórico.
“Maresca-ball”
A lo largo de la temporada 2024/25, el Chelsea de Maresca fue criticado por jugar como una máquina sin emociones. La táctica 3-2-5, con los laterales metidos en el centro del campo, solía aislar a los atacantes, especialmente contra equipos que defendían en profundidad.
La complejidad táctica sin la efectividad ha hecho que muchos duden de la idoneidad de Maresca para un gran equipo como el Chelsea. Sin embargo, de cara al Mundial de Clubes, el "Maresca-ball" está tomando forma más clara, no solo en teoría, sino también en las emociones del público. El Chelsea juega un fútbol con líneas, con iniciativa y, lo más importante, con identidad.
Gran parte de la recuperación se debe a las acertadas incorporaciones realizadas durante el mercado de fichajes de verano, tanto antes como durante el torneo. Liam Delap, por ejemplo, aporta un aspecto clásico de delantero centro.
Sin embargo, la mayor sorpresa vino de un nombre que antes generaba dudas: João Pedro. Con un precio de 60 millones de libras, muchos lo consideraban la próxima copia fallida de Nkunku o João Félix. Pero Pedro solo necesitó un partido para demostrar lo contrario.
A lo largo de la temporada 2024/25, el Chelsea de Maresca fue criticado por jugar como "máquinas sin emociones". |
Contra el Fluminense, el equipo que amaba de niño, João Pedro explotó con un doblete espectacular. No solo marcó, sino que también inspiró, jugando un fútbol libre e instintivo que se mantuvo dentro del marco táctico. Pedro es el ejemplo más claro de cómo, cuando los jugadores empiezan a comprender el sistema, el Maresca-ball deja de ser una lección sobre la lona para convertirse en un concierto sobre el terreno de juego.
Los pequeños éxitos del Chelsea se enfrentan ahora a su mayor reto hasta la fecha: el París Saint-Germain de Luis Enrique, un equipo en la cima de su poder. Este ya no es el PSG de antaño, un equipo repleto de estrellas pero sin cohesión. Enrique lo ha transformado en una unidad unificada, feroz e impredecible.
Desde que ganó la Champions League con una contundente victoria sobre el Inter, el PSG no ha apostado a lo seguro en el Mundial de Clubes. Aplastó al Inter Miami de Messi, se vengó del Bayern de Múnich y luego aplastó al Real Madrid por 4-0 en semifinales, una actuación que se considera una de las más dominantes contra un gigante en la historia del fútbol moderno.
Ousmane Dembélé, Desire Doué y Kvaratskhelia jugaban como si estuvieran cansados. Presionaban por todo el campo, con una intensidad que habría quemado al Real Madrid en el calor de Nueva Jersey.
Chelsea: grandes sueños y miedos sin nombre
El Chelsea llega a la final de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA 2025, que arranca a las 2:00 h del 14 de julio, con la confianza de que «todo es posible en el fútbol». Cucurella afirmó: «Una final es una final. Todo puede pasar». Malo Gusto añadió: «Es solo un partido, no se puede predecir nada».
El Chelsea llegó a la final creyendo que “en el fútbol todo es posible”. |
Pero en el fondo, tanto ellos como Maresca, sin duda albergan miedo. El PSG es un rival único al que se han enfrentado. Una derrota aplastante podría mermar la moral del Chelsea de cara a la nueva temporada. Podría acabar con cualquier progreso que hayan logrado.
¿Y si ganan? ¿Y si el Chelsea hace lo inesperado? Será un momento que lo cambiará todo: un punto de inflexión histórico para el proyecto Maresca, y quizás incluso para el propio club.
Enzo Maresca no necesita una actuación perfecta, necesita un momento decisivo. La final del Mundial de Clubes será la mayor prueba de su filosofía: ¿es solo un modelo clásico o se ha convertido en una auténtica herramienta de conquista?
Para vencer al PSG, el Chelsea necesitará algo más que táctica: necesitará carácter, inspiración y un toque de sorpresa. Y si Maresca lo consigue, ya no será conocido como un "maestro de táctica", sino como el hombre que creó un Chelsea nuevo, poderoso e impredecible.
Fuente: https://znews.vn/chelsea-doi-mat-buoc-ngoat-dinh-menh-post1568271.html
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