El 17 de septiembre, Kyodo citó a una fuente que dijo que Beijing está monitoreando de cerca el comportamiento de los ciudadanos japoneses después de que Tokio decidió arrojar desechos en Fukushima.
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| Las relaciones entre China y Japón están empeorando después de que Tokio decidiera liberar aguas residuales tratadas de los reactores de la central nuclear de Fukushima (Fuente: Kyodo) |
Pekín está investigando los antecedentes de las personas involucradas en las negociaciones sobre la gestión de residuos, según la fuente. Simultáneamente, el país está modificando la Ley de Contraespionaje, que entró en vigor en julio, y ampliando el alcance de las actividades que constituyen espionaje según la legislación china.
Además, algunos expertos han advertido que las fuerzas de seguridad podrían arrestar a ciudadanos japoneses residentes en China, especialmente dado que la administración del presidente Xi Jinping se ha vuelto cada vez más cautelosa con las actividades de los extranjeros allí. Actualmente, más de 100.000 japoneses viven, estudian y trabajan en China.
Previamente, en abril de 2023, Japón decidió liberar las aguas residuales radiactivas tratadas de la central nuclear de Fukushima al océano Pacífico durante aproximadamente dos años. El gobierno del primer ministro Fumio Kishida dio luz verde a esta decisión el 24 de agosto.
Sin embargo, esta medida se ha topado con una fuerte oposición por parte de China.
En su primera conferencia de prensa como Ministra de Asuntos Exteriores, el 14 de septiembre, la Sra. Kamikawa Yoko se comprometió a construir una relación “constructiva y estable” con Pekín como una “política consistente” del gobierno del Primer Ministro Kishida Fumio.
“Japón y China enfrentan muchos desafíos y cuestiones preocupantes, pero es importante que Japón diga lo que debe decir, llame a China a actuar con responsabilidad, entable un diálogo y trabaje juntos para abordar los desafíos comunes”, dijo.
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