Consumir demasiada proteína ejerce presión sobre los riñones, los órganos encargados de filtrar los subproductos proteicos como la urea y la creatinina, según el sitio de salud Medical News Today (Reino Unido).
Las proteínas son esenciales para el organismo, pero el exceso puede ser perjudicial.
FOTO: AI
Las dietas ricas en proteínas no causan directamente enfermedad renal en personas sanas. Sin embargo, estudios demuestran que algunos errores comunes pueden aumentar el riesgo de daño renal.
Abuso de proteína animal
Comer demasiada carne roja, como res, cerdo y carne procesada, como salchichas y embutidos, durante un período prolongado puede dañar fácilmente los riñones. Un estudio publicado en la Revista de la Sociedad Americana de Nefrología muestra que consumir grandes cantidades de carne roja aumenta el riesgo de insuficiencia renal.
La carne roja contiene una gran cantidad de proteína animal y purinas. Al entrar en el organismo, estas purinas se convierten en ácido úrico. Este es un factor que causa enfermedad renal crónica y cálculos renales. Además, la carne procesada suele contener mucho sodio y fosfato inorgánico, lo que puede aumentar fácilmente la presión de filtración renal y elevar la presión arterial.
Dependencia excesiva de la proteína de la leche
Los suplementos proteicos como el suero de leche, la caseína o la proteína de soja en polvo son populares entre los culturistas. Sin embargo, su consumo excesivo puede ejercer mucha presión sobre los riñones. Diversas investigaciones han demostrado que una ingesta de proteínas a largo plazo superior a 2 gramos/kg de peso corporal al día aumenta la carga del metabolismo del nitrógeno, lo que reduce la función de filtración glomerular.
Además, algunos suplementos proteicos de baja calidad pueden contener metales pesados o aditivos que tienen efectos a largo plazo en el hígado y los riñones. Por lo tanto, quienes asisten al gimnasio deben elegir productos con certificación de seguridad y no exceder la dosis recomendada.
Sin proteína vegetal
La mayoría de las personas que hacen ejercicio suelen priorizar la proteína animal porque creen que es completa y de fácil absorción. Sin embargo, las proteínas vegetales derivadas de legumbres, semillas y cereales integrales no solo aportan aminoácidos esenciales, sino que también contienen fibra, menos purinas y menos fosfato inorgánico. Gracias a ello, estos productos proteicos son inocuos y reducen la carga renal.
Ignorar los factores de riesgo
La capacidad de tolerar grandes cantidades de proteína varía de una persona a otra. Las personas con antecedentes de enfermedad renal, hipertensión, diabetes o adultos mayores deben ser especialmente cautelosos al aumentar la cantidad de proteína en su dieta.
Las dietas ricas en proteínas pueden acelerar la progresión de la enfermedad renal en personas que ya presentan daño renal leve sin saberlo. Por lo tanto, antes de realizar cambios en la dieta, especialmente un aumento considerable en la ingesta de proteínas, es recomendable realizarse una prueba de función renal, según Medical News Today .
Fuente: https://thanhnien.vn/tap-gym-sai-lam-khi-tang-nap-protein-de-gay-hai-than-185250726163617154.htm
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