Trabajando como operador de excavadora, a menudo expuesto al barro y la tierra, un hombre de 36 años de Thanh Hoa sufrió recientemente fiebre prolongada, acompañada de dolores corporales. Compró medicamentos y los tomó durante 10 días, pero no mejoró.
Acudió a un centro médico cercano a su domicilio para una evaluación y le recetaron medicamentos ambulatorios, pero su estado no mejoró; seguía con fiebre alta y dificultad para respirar. El joven acudió a un hospital provincial para una evaluación, y el médico le diagnosticó fiebre infecciosa.
El paciente fue intubado, ventilado y filtrado continuo. Los resultados de las pruebas confirmaron la infección por la bacteria Burkholderia pseudomallei, agente causante de la enfermedad de Whitmore (también conocida como bacteria carnívora). Tras seis días de tratamiento intensivo sin mejoría, fue trasladado al Hospital Central de Enfermedades Tropicales con shock séptico, fallo multiorgánico y sepsis.
Los médicos del centro médico central trataron al paciente con una combinación de antibióticos, antifúngicos y filtración sanguínea continua. Sin embargo, tras solo unos días, desarrolló enfisema subcutáneo en la zona del cuello y el pecho.
Personal médico atiende a un paciente infectado con una bacteria carnívora. (Foto: BVCC)
Las radiografías y las tomografías computarizadas revelaron fugas de aire pleurales y mediastínicas, lo que provocó un taponamiento cardíaco agudo. Se le realizó una cirugía de descompresión mediastínica. Sin embargo, las condiciones respiratorias y circulatorias del paciente no mejoraron, por lo que se le administró ECMO (sistema de soporte cardiopulmonar artificial).
El paciente fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos con filtración sanguínea continua. La broncoscopia reveló abundante pus y pseudomembranas que cubrían la mucosa bronquial, una consecuencia grave del daño pulmonar causado por la bacteria Whitmore.
Según la Dra. Le Thi Huyen, MSc. del Departamento de Cuidados Intensivos del Hospital Central de Enfermedades Tropicales, actualmente, el paciente aún necesita ECMO y filtración sanguínea continua. La función circulatoria ha mejorado al dejar de necesitar vasopresores, pero la función pulmonar sigue siendo muy débil, lo que requiere monitorización y apoyo activos.
Según los expertos, el paciente trabajaba en un entorno con contacto directo con tierra y agua contaminadas, sumado a una diabetes subyacente no controlada, lo que creó las condiciones propicias para que las bacterias causaran la enfermedad. Whitmore es una enfermedad peligrosa que progresa de forma silenciosa, a menudo de forma subaguda con síntomas atípicos. Esto dificulta que los pacientes la reconozcan y accedan a un tratamiento temprano.
Actualmente no existe una vacuna para prevenir la enfermedad de Whitmore. La principal medida preventiva es evitar el contacto directo con suelos y fuentes de agua contaminados, y no bañarse, nadar ni bucear en estanques, lagos o ríos contaminados.
Es necesario garantizar la higiene personal y lavarse las manos regularmente con agua limpia y jabón, especialmente antes y después de preparar alimentos, antes de comer, después de ir al baño y después de trabajar en el campo. En caso de heridas abiertas, úlceras o quemaduras, evitar el contacto con tierra o agua que puedan estar contaminadas. Si el contacto es inevitable, usar vendajes impermeables y lavarse bien para garantizar la higiene.
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Fuente: https://vtcnews.vn/nam-cong-nhan-lai-may-xuc-nhiem-vi-khuyen-an-thit-nguoi-ar908471.html
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