Confesiones de una chica que se descarrió
Mientras ocupaba el puesto de Líder de Área, a la esposa del Líder de Grupo en la Iglesia, Nguyen Thi Tuyet Mai, le enseñaron que todo debe ser contado únicamente a su Profeta, y no contado ni enviado por mensaje de texto a nadie fuera de la Iglesia.
Al caer en un estado de crisis mental y depresión debido a demasiadas preocupaciones sobre la "ley de Dios", tener que estudiar la llamada Biblia, predicar, adorar, orar... Mai una vez tuvo la intención de suicidarse.
Mai dijo que acudió a un psicólogo para recibir tratamiento, pero no se atrevió a contar la historia de la Iglesia, sino que solo divagaba sobre algunos síntomas como el insomnio y el pánico. En ese momento, Mai no podía buscar ayuda de nadie, e incluso tuvo que soportar la presión de su familia y la de su esposo, lo que provocó que este se sintiera muy estresado.
A lo único que Mai se aferraba era a la oración. Pensaba que todo mejoraría, pero rezar y no tomar ningún medicamento solo prolongó y empeoró su enfermedad.
Esta iglesia es muy sofisticada; no fuerzan, pero tienen una forma de manipular la psicología. Tras experimentar las frustraciones de estar en esta organización, Mai extrañaba mucho su trabajo como cantante y presentadora, extrañaba sus 22 años activos y entusiastas, extrañaba la juventud que extrañaba... Todo se perdió con los días que pasó en la iglesia.
Enseñaron que cantar, comer y jugar eran actividades mundanas, y que estaban malditos por Dios y condenados al Lago de Fuego. Mai no solo descuidó sus estudios, sino que también abandonó su pasión por el canto y las competencias que le habrían dado la oportunidad de progresar en su carrera. Solo podía canalizar su pasión en cánticos de alabanza durante el culto.
Mai y su esposo no se casaron voluntariamente, ni por amor verdadero, sino que se vieron obligados a ser pareja de funcionarios. Aunque no eran compatibles, aun así tuvieron que trabajar juntos, por lo que gradualmente surgieron muchos conflictos entre ambos.
“Le pedí a las personas que tenían cargos en esta organización que resolvieran el asunto, pero siempre respondían: “La Iglesia no interfiere en sus asuntos familiares”, a pesar de que previamente nos habían pedido que nos casáramos.
Reconozco la irresponsabilidad de los líderes de esta Iglesia. Solo necesitan alcanzar los objetivos de la Iglesia, de sí mismos, sin importarles las dificultades de los miembros, o si lo hacen, es solo una preocupación superficial.
Cuando nos unimos a la Iglesia, nuestra familia se opuso, nuestra situación económica era difícil, la intensidad del trabajo y las actividades en la Iglesia era demasiado alta, por lo que tanto mi esposo como yo estábamos agotados, además los conflictos y desacuerdos nos estresaban mucho”, compartió Mai.
Mai se sentía cada vez más confundida, preguntándose constantemente qué hacía, a pesar de estar en la Iglesia, si lo que hacía era correcto y apropiado o no, mientras ocurrían tantos sucesos dolorosos. Su depresión incluso dio señales de empeorar cuando su esposo la agredió.
En memoria de Mai, esta organización enseñó que donde quiera que vayas, serás protegido por Dios, no necesitas estar en guardia contra nadie, solo ora y haz exactamente lo que la Iglesia y Dios enseñan, y serás absolutamente protegido por Dios.
Mai lo creía absolutamente y creía que si adoraba y pagaba la décima parte de sus ingresos, todo estaría bien, así que siempre salía sola por la noche. En una ocasión, Mai fue agredida sexualmente. En ese momento, no había ningún Dios que la protegiera. Si Mai no se hubiera protegido entonces, quién sabe qué habría pasado.
Tras descubrir el incidente, los padres de Mai sufrieron muchísimo y quedaron devastados, especialmente su padre. Mai renunció a la idea del suicidio y pensó que podría vivir así para que su padre pudiera vivir en paz. A Mai le preocupaba que, si ella moría, su padre tampoco podría vivir.
Cuando Mai habló con su marido acerca de dejar la iglesia, en lugar de apoyarla, su marido le dijo que entonces se divorciaría de ella y se casaría con otra trabajadora de la organización.
Me dijo que casarse conmigo era solo una obligación y una responsabilidad, y que no sentía nada romántico por mí. Dijo muchas cosas crueles que me impactaron.
Abandonada por su marido, nadie la creyó, su salud era demasiado débil y no tenía dinero para un tratamiento médico, y no podía compartir sus problemas en la Iglesia con un psicólogo, así que un día de octubre de 2022, fue al octavo piso del edificio de apartamentos donde vivía con la intención de saltar.
Cuando extendí una pierna y estaba a punto de saltar, recuperé la razón y pensé: ¿Por qué tengo que morir? No robé, no maté, ¿por qué tengo que vivir una vida tan miserable...? ¡No es mi culpa!
Una serie de preguntas me asaltaron la cabeza y decidí retirarme. Muera o no, antes de morir, debo descubrir cómo es esta Iglesia. Lo averiguaré de nuevo antes de tomar una decisión —determinó Mai.
A partir de ese momento, Mai regresó a su pueblo natal, cerca de sus padres, donde la cuidaron. Todas las noches, Mai buscaba información sobre esta organización en internet. Las noticias vietnamitas no le bastaban, así que Mai leía más noticias extranjeras.
También visitó sitios web y foros donde los extranjeros discutían; Mai incluso leyó artículos de expertos extranjeros, expertos en psicoterapia y expertos en cultos relacionados con la Iglesia de Dios Madre.
En octubre de 2022, Mai decidió abandonar la organización y cortar por completo sus vínculos, bloqueando el número de sus miembros. A partir de entonces, Mai trató su enfermedad con seriedad, sin temer más ir al Lago del Infierno ni tener que ocultar su historia.
“Cuando el médico escuchó mi historia y mi condición, negó con la cabeza”, sonrió Mai suavemente.
Como persona experimentada, Mai se dio cuenta de que las consecuencias de la Iglesia no son tan obvias como el asesinato, sino que tienen un impacto oculto y profundo en cada familia.
Tomando su propia situación como ejemplo, Mai dijo que sus padres perdieron el sueño al enterarse de que se había unido a la Iglesia de Dios Madre. Muchas veces, rompían a llorar. Su madre incluso dijo que si no se hubiera unido a esa Iglesia, no habría desperdiciado su vida de esa manera.
Los padres deben ser muy pacientes y estar alertas durante el proceso de sacar a sus hijos de la Iglesia. Deben estar presentes para animarlos, amarlos, aclararles la mente y responder a las preguntas que han rondado sus mentes durante mucho tiempo.
Los padres no deben usar latigazos con sus hijos en esta situación, porque si lo hacen, nunca comprenderán el amor y se hundirán más en la Iglesia, pues esta comprende la psicología humana y siempre les dice palabras dulces. Los niños pensarán que solo Dios los ama.
"No puedo confirmar al 100% que te ayude a salir de la Iglesia, pero es una manera efectiva, así como mis padres perseveraron conmigo", la voz de Mai tembló al mencionar lo difícil que fue para sus padres ver a sus hijos caer en el "lodo negro".
En la clase universitaria de Mai, compuesta por seis personas que seguían la Iglesia, cinco lograron irse, pero una se mantuvo terca. Cuando Mai le envió un mensaje, intentando señalar que se trataba de una forma de negocio espiritual para que su amiga volviera a la realidad, esta persona le restó importancia e incluso les contó a todos que Mai tenía una enfermedad mental.
Mai tristemente continuó compartiendo que cada vez que un miembro abandona la Iglesia, exponiendo la verdad y los rincones oscuros de la Iglesia, tienen una respuesta diciendo que ese miembro está poseído por un demonio, lo que hace que los Santos tengan miedo y no se atrevan a acercarse, incluso aquellos que solían ser cercanos a ellos.
Esa es una forma de aislar la información, de aislar a los "santos" de la Iglesia. Ahora que dejé esta organización, tengo una perspectiva multidimensional, reflexionando sobre el pasado, pero la Iglesia aísla a personas como yo para que sus miembros nos teman y nos consideren demonios —confesó Mai—.
Mai dijo que quería compartir su historia con la prensa porque quería que muchas personas, incluyendo las de dentro y las de fuera de la Iglesia, conocieran la naturaleza de la Iglesia de Dios Madre.
Creo en la prensa. Si hablo solo, no tendrá ningún impacto, pero cuando la prensa habla, más gente lo cree. Ya no creo en el Apocalipsis.
No me atrevo a confirmar si Dios existe o si hay espiritualidad, pero estoy seguro de que la Iglesia de Dios Madre no es la verdadera Iglesia. La verdadera Iglesia debe salir a la luz para compartir información, para verificar conjuntamente, pero siempre opera en secreto, evadiendo a las autoridades —dijo Mai—.
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Un líder de la malvada Iglesia de Dios Madre afirmó: “¡La existencia de esa Iglesia es un crimen, roba a las víctimas una vida pacífica para toda su vida!”
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