El 19 de agosto, fuentes locales dijeron que al menos 21 civiles murieron en un ataque armado contra una aldea en la región de Mopti, en el centro de Mali, el día anterior.
Fuentes anónimas dijeron que hombres armados no identificados llevaron a cabo el ataque por la tarde en la aldea de Yarou, cerca de la ciudad de Bandiagara.
Fue una auténtica masacre. Hombres armados irrumpieron en la aldea y abrieron fuego, causando graves bajas. Entre 20 y 30 personas murieron y resultaron heridas, subrayó una fuente.
Escena de un atentado en Kati (Mali), 22 de julio de 2022. |
Una segunda fuente indicó que entre las 21 personas fallecidas había mujeres. Además, otras 11 resultaron heridas.
Ningún grupo ha reivindicado aún la responsabilidad del ataque.
Las fuerzas de seguridad de Mali han combatido la violencia vinculada a Al Qaeda y el Estado Islámico (EI) desde 2012. La violencia también se ha extendido a otros países de la región del Sahel, al sur del desierto del Sahara. Los yihadistas han tomado territorio, asesinado a miles de personas y desplazado a millones.
La frustración por la creciente inseguridad ha provocado dos golpes militares en Mali desde agosto de 2020. En junio de este año, el gobierno militar pidió inesperadamente alas fuerzas de paz de la ONU que se retiraran del territorio maliense, lo que generó temores de que el país pudiera hundirse aún más en el caos.
VNA
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