Las personas que pierden peso con una dieta baja en carbohidratos intentarán reducir el consumo de almidón en su alimentación diaria, incluyendo el pan. Esto se debe a que el pan está hecho de almidón blanco, tiene un alto índice glucémico y contiene muchas calorías, según el sitio web de salud Healthline (EE. UU.).
El pan integral tiene más fibra y es mejor para la salud intestinal que el pan blanco elaborado con almidones refinados.
Sin embargo, si le preocupa el índice glucémico y las calorías del pan blanco, puede optar por pan elaborado con Panes integrales o legumbres. Estos panes tienen un índice glucémico bajo porque conservan su fibra natural. La fibra ralentiza la digestión, lo que no solo previene los picos de azúcar en sangre, sino que también es excelente para el intestino.
La fibra insoluble presente en el pan integral también ayuda a mantener la sensación de saciedad por más tiempo y facilita el tránsito intestinal. Un estudio publicado en la revista " Recent Patents on Food, Nutrition & Agriculture" analizó datos de 35 estudios que analizaron los efectos de los cereales integrales en la salud intestinal.
Los resultados mostraron que los cereales integrales estimularon el crecimiento de bifidobacterias y lactobacilos, dos tipos de bacterias intestinales capaces de convertir el almidón en ácidos grasos de cadena corta. Estos ácidos grasos ayudan a proteger la mucosa intestinal, regular las hormonas y estabilizar el azúcar en sangre.
Además, algunos tipos de bifidobacterias refuerzan el sistema inmunitario y combaten la inflamación. Algunos tipos de lactobacilos inhiben la inflamación. Además, los cereales integrales también reducen las bacterias dañinas en los intestinos, como la E. coli y los clostridios.
El pan blanco, a pesar de su alto índice glucémico, sigue siendo beneficioso para el intestino. Un estudio publicado en la revista Nutrients reveló que quienes consumían pan blanco tenían más bifidobacterias beneficiosas y ácidos grasos de cadena corta en el intestino que quienes consumían arroz. Quienes consumían pan blanco también presentaban niveles más altos de la hormona péptido similar al glucagón-1 (GLP-1), la hormona que nos ayuda a sentirnos saciados después de comer.
Entre el pan blanco y el pan integral, el pan integral se considera más saludable, ya que conserva la fibra, los antioxidantes y muchos otros nutrientes del grano, según Healthline.
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