Imaginemos un mundo de 8 mil millones de personas, cada una con un futuro prometedor y potencial. Y ahora, abramos los ojos a la realidad: 4 mil millones de mujeres y niñas —la mitad de la humanidad— sufren discriminación simplemente por su género.
Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas. (Fuente: UNFPA) |
Hace treinta años, en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD), establecimos el objetivo de lograr un mundo donde las personas vivan más tiempo y de manera más saludable, y disfruten de más derechos y opciones que nunca.
Esta visión se ha hecho realidad en muchos aspectos. De hecho, la población mundial se encuentra actualmente en su nivel más alto, gracias en gran parte a las mejoras en la atención médica y al aumento de la esperanza de vida.
Sin embargo, si bien celebramos el progreso que se ha logrado, también debemos reconocer que para millones, incluso miles de millones de personas, alcanzar un objetivo tan prometedor todavía está muy lejos.
El Día Mundial de la Población de este año (11 de julio) es una ocasión para recordarnos que podemos lograr un futuro sostenible,pacífico y próspero, tal como se previó en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, si aprovechamos el poder de cada persona que vive en nuestro planeta.
Cuando liberamos todo el potencial de las mujeres y las niñas, alentando y nutriendo sus aspiraciones para sus vidas, familias y carreras, liberamos la capacidad de la mitad del mundo para liderar y aportar ideas e iniciativas innovadoras para una sociedad mejor.
El disfrute de la salud y los derechos sexuales y reproductivos para todas las personas es la base de la igualdad de género, la dignidad y las oportunidades. Sin embargo, más del 40% de las mujeres en todo el mundo no pueden ejercer el derecho más fundamental de decidir si tener hijos o no.
Empoderar a las mujeres y las niñas, incluso a través de la educación y el acceso a métodos anticonceptivos modernos, las ayuda a hacer realidad sus aspiraciones y a dar forma a sus propias vidas.
Promover la igualdad de género es una solución transversal a todas las preocupaciones demográficas. En países con poblaciones envejecidas y problemas de productividad, lograr la igualdad de género en la fuerza laboral es la manera más eficaz de impulsar el crecimiento de la producción y los ingresos.
Mientras tanto, en países con un rápido crecimiento demográfico, empoderar a las mujeres a través de la educación y la planificación familiar puede producir enormes beneficios en términos de capital humano y crecimiento económico general.
Hace treinta años, el mundo se unió en torno a una visión compartida del futuro, una visión en la que los derechos de las mujeres y las niñas eran reconocidos como centrales para el desarrollo global.
La solución es clara: acelerar el progreso en materia de igualdad de género –mediante el acceso a la salud y los derechos sexuales y reproductivos, una mejor educación, políticas laborales apropiadas y normas equitativas en el lugar de trabajo y el hogar– conducirá a familias más sanas, economías más fuertes y sociedades sostenibles.
Hoy, este mensaje de igualdad de género sigue siendo tan fuerte y omnipresente como lo fue entonces; nuestra determinación debe ser igual de fuerte.
Unámonos una vez más por un mundo donde cada uno de nosotros tenga la misma oportunidad de prosperar y trabajemos juntos para garantizar que la prosperidad de cada nación (independientemente de su tamaño o etapa de desarrollo) provenga de su gente, y eso significa toda su gente y no solo la mitad masculina.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) apoyará a los 8 mil millones de personas para que cada una pueda ejercer sus derechos y tomar sus propias decisiones. Porque solo así podremos tener un futuro igualitario y próspero para todos.
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