1. Chłodnik
Cuando el sol dorado brilla sobre los campos de trigo y los bosques de abedules de Polonia, no hay nada más refrescante que un tazón de chłodnik, una sopa fría tan rosada como una dalia de verano. Este plato veraniego polaco es un símbolo de frescura, con su encantador color y su delicado sabor. El chłodnik se elabora con remolacha roja, yogur cremoso o kéfir, pepino rallado, cebollitas de verdeo y eneldo aromático. Al servirse, la sopa fría reluce con tonos rosados y morados, adornada con rodajas de huevo cocido y ramitas de eneldo fresco, como una vibrante pintura de verano.
El sabor del chłodnik es una delicada combinación entre la dulzura terrosa de la remolacha, la acidez del yogur, el fresco crujido del pepino y el fresco aroma de las hierbas. En el calor sofocante de junio o julio, una cucharada de chłodnik es como una brisa fresca del bosque antiguo, que se extiende por la punta de la lengua y calma hasta el alma más cansada.
Más que un simple plato, el chłodnik es parte de los recuerdos polacos de las comidas familiares de verano, las risas cordiales alrededor de una mesa de madera bajo la sombra de un árbol viejo y el amor por la simplicidad y la elegancia.
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2. Pierogi y jagodami
Con la llegada del verano, los bosques polacos se impregnan del aroma de las bayas maduras, y la gente se reúne para recoger arándanos silvestres (jagody), la dulce fruta morada que huele a libertad y a infancia. Y así nació el plato veraniego polaco: los pierogi z jagodami.
Los pierogi son un clásico polaco durante todo el año, pero el verano trae una versión especial rellena de arándanos silvestres frescos. La masa fina y masticable se moldea a mano para contener el dulce relleno y luego se hierve suavemente en agua. Al servir, los pierogi z jagodami suelen cubrirse con una ligera capa de crema agria fría y espolvorearse con azúcar blanca como la nieve, creando una obra de arte culinario sencilla pero elegante.
Cada bocado de pierogi es una canción de verano: la dulzura y la acidez naturales de los arándanos, que estallan en la punta de la lengua, se mezclan con una crema agria ligera y una masa suave y masticable. Es el aroma de la campiña polaca, el cálido sol del bosque, la suave brisa de los picnics familiares sobre el verde césped. Este plato veraniego polaco no solo es delicioso, sino que también rebosa de comunidad: las sesiones de preparación de pasteles, las charlas, las risas, todo crea recuerdos veraniegos inolvidables.
3. Agua salada
El verano polaco es la temporada de los exuberantes huertos, cuando las zanahorias, las patatas, los guisantes, los pepinos y los huevos cocidos se convierten en deliciosos ingredientes para una ensalada tradicional: sałatka jarzynowa.
Este plato veraniego polaco está presente en casi todas las mesas, mesas de picnic e incluso en las comidas familiares más sencillas. La Sałatka jarzynowa es una mezcla de colores: el naranja brillante de las zanahorias hervidas, el amarillo pálido de las patatas tiernas, el verde brillante de los guisantes tiernos, el blanco marfil de los huevos cocidos y el verde brillante de las cebolletas. Todos se cortan en cubos pequeños y se mezclan suavemente con una cremosa salsa de mayonesa, con un toque de mostaza para realzar el aroma.
Cuando hace calor, un plato de ensalada fría en la mesa es como un oasis en el soleado desierto. El suave sabor de la mayonesa envuelve las verduras frescas, creando una sensación agradable y nutritiva. En cada comida, la ensalada es un puente entre generaciones: los abuelos cuentan historias, los padres ríen y charlan, los niños comen inocentemente coloridos trozos de ensalada.
4. El anciano
Este plato polaco de verano es la encarnación de la naturaleza, con sabores rústicos pero profundos. Las verduras encurtidas se lavan, se cortan y se cocinan en caldo de pollo o de hueso, acompañadas de patatas tiernas. Cuando la sopa está lista, el chef suele añadir un poco de crema agria para equilibrar el sabor, dándole una textura suave y un color verde claro como brotes recién brotados.
La suave acidez del szczaw no es áspera, sino que se extiende en la punta de la lengua como una sonrisa de verano: suave, fugaz pero duradera. Una cucharada de sopa caliente es ligera pero refrescante; el aroma de las verduras encurtidas, el olor graso de la crema y el dulzor natural de las patatas se combinan delicadamente, aliviando el calor de un largo día.
La zupa szczawiowa suele servirse con huevos cocidos partidos, con las yemas doradas como el sol de la mañana. No es solo un plato, sino una historia sobre la cosecha, sobre las manos que la cuidan y sobre la conexión entre la gente y la tierra polaca.
5. Kompot
Sería imposible mencionar la gastronomía veraniega de Polonia sin olvidar el kompot, una bebida dulce y nostálgica. A diferencia de los zumos o batidos modernos, el kompot es un zumo de fruta que se cuece a fuego lento en una olla grande, permitiendo que la fruta libere su dulce aroma y color como una puesta de sol sobre un campo de trigo.
En verano, los mercados polacos se llenan de cerezas rojas, ciruelas moradas, manzanas verdes, peras amarillas, moras e incluso grosellas. Todas se lavan, se cortan en trozos pequeños y se ponen en una olla con azúcar y agua. Al hervir, el aroma afrutado se extiende por toda la cocina como una dulce invitación.
Un vaso de kompot fresco, al servirlo, transporta todo un jardín de verano. La dulzura de la ciruela, la ligera acidez de la cereza y el sutil aroma de la manzana se funden en una bebida que refresca el cuerpo y nutre el alma.
El kompot no solo se usa para reuniones familiares, sino también como bebida habitual en pequeños restaurantes rurales, en rústicas mesas de madera bajo porches floridos. Este plato veraniego polaco es un recuerdo de la infancia para muchas generaciones: sencillo, puro y lleno de amor.
Descubrir la gastronomía veraniega de Polonia es un viaje para abrir tu corazón a una cocina que es a la vez rústica y sofisticada. Es una armonía entre la tierra y el cielo, un eco de la historia y la cultura, un recordatorio para relajarte y disfrutar de cada sabor de la vida. Si tienes la oportunidad de visitar Polonia en verano, no te limites a admirar las calles antiguas, los campos de flores o los lagos que brillan con la luz del sol; siéntate y disfruta de esos sencillos platos. Porque en cada bocado, en cada sorbo, verás aparecer toda una tierra: cercana, apacible y llena de humanidad.
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Fuente del artículo: Recopilado y compilado
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