Para mantener estables las funciones hepática y renal a lo largo del tiempo, las personas mayores de 40 años deben limitar lo siguiente:
Alimentos con mucho aceite y aditivos.
Comer muchos alimentos grasos, como alimentos fritos, comida rápida y carnes procesadas, hace que el hígado trabaje demasiado, lo que provoca inflamación y hígado graso.
El consumo excesivo de aditivos, como conservantes, colorantes, edulcorantes y saborizantes, obliga al hígado a trabajar demasiado, lo que puede provocar daños. Algunos efectos nocivos típicos de los aditivos en el hígado son el aumento del riesgo de hepatitis, la degeneración del hígado graso y la toxicidad hepática.
Las personas mayores de 40 años no deben comer demasiada carne roja, especialmente cuando la carne está frita.
FOTO: AI
Beber demasiado alcohol y azúcar puede causar fácilmente hepatitis.
El hígado es el principal órgano responsable de metabolizar el alcohol. El consumo excesivo de alcohol puede provocar hepatitis, hígado graso, cirrosis e incluso cáncer de hígado. Especialmente al llegar a la mediana edad, el hígado procesa el etanol con menor eficacia, lo que lo hace más susceptible a sufrir daños. Los expertos recomiendan beber con moderación o, mejor aún, dejarlo por completo, según el sitio web de salud Healthline (EE. UU.).
Mientras tanto, el azúcar añadido, especialmente los refrescos, los dulces y los pasteles, se convierte fácilmente en grasa que se acumula en el hígado, causando esteatohepatitis no alcohólica.
Demasiada sal y proteínas
Comer alimentos salados aumenta la presión arterial, lo que obliga a los riñones a trabajar más y puede fácilmente provocar enfermedad renal crónica. Muchas personas creen consumir menos sal. Sin embargo, esto no siempre es cierto.
Los alimentos procesados que contienen sal oculta son la principal causa del alto consumo de sal. Entre estos alimentos se incluyen los fideos instantáneos, las salchichas, las salchichas chinas, el jamón industrial, el pescado enlatado, la salsa de pescado, los encurtidos, la salsa de soja, la salsa de pescado o los snacks salados.
Mientras tanto, una dieta rica en carne roja provoca que el cuerpo absorba grandes cantidades de proteínas. Tras la digestión, las proteínas se descomponen en aminoácidos, que posteriormente se metabolizan en el hígado y los tejidos. Este metabolismo produce compuestos nitrogenados, principalmente amoníaco.
El hígado continúa convirtiendo el amoníaco en urea, que luego es excretada por los riñones. Por lo tanto, consumir demasiada proteína dañará tanto los riñones como el hígado.
Evite el uso excesivo de analgésicos.
Los analgésicos son esenciales para controlar el dolor muscular, articular, de cabeza, de muelas, la inflamación y la fiebre. Sin embargo, si se toman regularmente durante un tiempo prolongado, pueden reducir el flujo sanguíneo a los riñones, causando daño renal. Las personas mayores, especialmente las mayores de 40 años, deben consultar a un médico y evitar la automedicación con analgésicos durante un tiempo prolongado, según Healthline .
Fuente: https://thanhnien.vn/sau-40-tuoi-can-tranh-gi-de-gan-than-khong-suy-yeu-theo-tuoi-tac-185250824154613911.htm
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