Se suele decir que «el viento no tiene forma, la nube no tiene forma permanente», lo que significa que el viento no tiene forma específica y las nubes son indefinidas, siempre fluyen y nunca se quedan en un lugar. En la inmensidad de las tierras altas, la historia de «viento y nube» hace que la gente elogie aún más la belleza de la naturaleza del Norte.
Ubicada a poco más de 100 km de Hanói , la colina de té Long Coc, en el distrito de Tan Son, provincia de Phu Tho, es el primer testimonio del oasis "Ha Long de las Tierras Medias". Cada invierno, cuando el clima se torna frío, el paisaje de niebla y nubes que cubre más de 600 hectáreas de té Long Coc es sumamente mágico, especialmente a primera hora de la mañana. Ese mundo mágico posee el fresco color verde de las hojas de té y la apacible y romántica belleza de las nubes que se deslizan sobre las suaves y redondeadas colinas que se extienden.
Las nubes en Sa Pa no flotan, son muy densas y blancas, de modo que, al salir el sol, empujan el gigantesco mar de nubes hacia el pueblo como cascadas. El momento en que las nubes fluyen en semejante obra maestra debió inspirar al escritor Nguyen Thanh Long a plasmar la poética belleza de la naturaleza en Lang le Sa Pa: «El sol empieza a asomarse, quemando el bosque». 
Los pinos, justo encima de nuestras cabezas, mecían sus dedos plateados al sol bajo la mirada protectora de los bálsamos, que ocasionalmente alzaban sus copas lilas sobre el verde del bosque. Las nubes, impulsadas por el sol, se arremolinaban, se deslizaban sobre el dosel de hojas cubiertas de rocío, caían sobre la carretera e incluso se deslizaban bajo los coches.
Aún más único y solo para aquellos que tienen paciencia con Sa Pa es el atardecer, cuando la ciudad se ilumina, las nubes aún permanecen para mostrar una fiesta de luz mágica, cálida y única. 
El noroeste aún guarda otras sorpresas interesantes, especialmente con la "tierra de las mil nubes", Y Ty, en el distrito de Bat Xat. Ubicada a casi 2000 m de altitud, junto a la cordillera Nhiu Co San, Y Ty posee una belleza que armoniza lo natural y lo humano. Los sinuosos y empinados caminos, los campos en terrazas que serpentean entre las nubes y los techos de tierra apisonada del pueblo Ha Nhi salpican el espacio, haciéndolo más hermoso que un cuento de hadas. En ese entonces, bastaba la pequeña sombra de alguien caminando o la imagen de una manada de búfalos pastando tranquilamente para conmover a la gente con la belleza apacible y poética de la región montañosa. Flotante como si se pudiera tocar, pero también ilusoria, flotando en la inmensidad de la tierra y el cielo. 
Y la cita con las nubes fronterizas no puede faltar en el nombre del techo de Indochina, el pico Fansipan, el más alto de Vietnam. Desde sus 3143 metros sobre el nivel del mar, solo se puede admirar el majestuoso paisaje en medio de un mágico mundo de nubes y cielo. Desde miles de metros de altura, mirando en todas direcciones, en el blanco puro del mar de nubes, se pueden ver zonas de un brillante color amarillo anaranjado o llamativas manchas de color rosa púrpura. 
Debido a la impermanencia de las nubes, cada momento en la cima del Fansipan es diferente, cada foto es siempre distinta y cada uno "caza" nubes a su manera. Las montañas y colinas están a la altura de los ojos, los tejados de las pagodas y torres parecen flotar, a lo lejos se yergue la majestuosa y noble estatua del Buda Amitabha entre las nubes, y la gente parece sentir la serenidad de sus corazones, disfrutando en silencio de los momentos de paz en las alturas. 
El noroeste es tan romántico, ¡pero el noreste es igual de maravilloso! Ha Giang no solo es famoso por sus mesetas de piedra, sus techos yin y yang y sus flores de trigo sarraceno, sino que también atrae a los turistas por la belleza lírica de sus "pueblos brumosos" y sus "pasos cubiertos de nubes". Cualquiera que ame la región fronteriza seguramente ha conducido hasta allí, y con suerte, tendrá "nubes cubriéndole la cabeza y sol sobre sus hombros". Las peligrosas curvas cerradas, los momentos de parada para admirar las montañas y los ríos, por todas partes hay viento y nubes descendiendo, soplando en el frío de las tierras altas, recordándote que las nubes y el cielo de Ha Giang siempre acompañan a los viajeros.
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