La cumbre del 4 de septiembre en Sochi entre los líderes de Rusia y Turquía trajo muchos beneficios a ambas partes.
El presidente turco, Tayyip Erdogan (izquierda), y su homólogo, Vladimir Putin, durante una reunión en Sochi, Rusia, el 4 de septiembre. (Fuente: Reuters) |
Toma la iniciativa
En primer lugar , para Rusia, la reunión de Sochi demuestra una vez más que Rusia no puede aislarse completamente de Occidente. Esto se ha confirmado repetidamente mediante la reunión entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente chino, Xi Jinping, a finales de marzo, y la Cumbre Rusia-África de julio. La supuesta visita del líder norcoreano, Kim Jong-un, a Vladivostok en septiembre, y la visita de Putin a China, posiblemente en octubre, refuerzan aún más esta afirmación.
Además , el intercambio del jefe del Kremlin con el líder de un país miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es la forma en que Rusia afirma su disposición permanente al diálogo. Así es como el país del Abedul Blanco ha intentado construir su imagen desde el estallido del conflicto ruso-ucraniano.
Finalmente , la reunión con Turquía, parte interesada en la Iniciativa de Granos del Mar Negro, fue una oportunidad para que el presidente ruso enviara un mensaje a Occidente: “Estamos listos para considerar revivir el acuerdo de granos y le dije al presidente (Erdogan) nuevamente hoy: Haremos esto siempre y cuando todas las disposiciones sobre el levantamiento de las restricciones a las exportaciones agrícolas rusas se levanten por completo”.
El presidente Putin negó que Rusia hubiera "desencadenado" la crisis alimentaria al suspender su participación en el acuerdo de granos, ya que los precios no subieron como consecuencia de la decisión rusa. Enfatizó: "Es Occidente quien ha intentado constantemente bloquear el suministro de granos y fertilizantes rusos a los mercados mundiales ".
Además, el presidente ruso reiteró sus planes de suministrar un millón de toneladas de cebada a precios preferenciales para su procesamiento en Turquía y su envío a otros países. Afirmó que Rusia está "muy cerca" de un acuerdo para suministrar cebada gratuita a seis países africanos: Burkina Faso, Zimbabue, Malí, Somalia, la República Centroafricana y Eritrea, cada uno de los cuales recibirá 50.000 toneladas. En otras palabras, Rusia quiere demostrar su contribución a la seguridad alimentaria mundial, pero Ucrania y Occidente obstaculizan estos esfuerzos.
Afirmando posición
¿Y qué pasa con Turquía?
En primer lugar, la reunión reflejó una vez más la postura de mantener relaciones equilibradas con Rusia y Ucrania, velando por los intereses nacionales. Ankara y Moscú están cerca de llegar a un acuerdo para enviar un millón de toneladas de grano ruso a Turquía para su procesamiento y exportación. Durante la reunión, Putin y Erdogan continuaron debatiendo la construcción de un centro de exportación de gas desde Rusia.
Mientras tanto, Ankara mantiene buenas relaciones con Kiev. En julio, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, realizó su primera visita a Ankara desde el estallido del conflicto con Rusia. Sin embargo, antes de eso, había hablado varias veces por teléfono con su homólogo turco sobre los esfuerzosde paz . Ankara también apoya la pronta adhesión de Kiev a la OTAN.
Cabe destacar que esta relación es evidente sobre el terreno. El vehículo aéreo no tripulado (UAV) Bayrakhtar TB-2, fabricado por la empresa turca Baykar, desempeñó un papel importante para las Fuerzas Armadas de Ucrania (FAU) en las primeras etapas del conflicto. En su apogeo, Ucrania llegó a contar con 50 de ellos. Baykar planea completar la construcción de su fábrica en Ucrania para finales de 2024, con miras a suministrar el modelo mejorado Bayrakhtar TB3, con mayor capacidad de despegue en diversos tipos de terreno.
En segundo lugar, gracias a sus buenas relaciones con Moscú y Kiev, Ankara se encuentra en una posición ventajosa para mediar en el conflicto ruso-ucraniano. Si bien hasta la fecha no ha tenido éxito debido a numerosas razones subjetivas y objetivas, Turquía ha logrado dejar huella al impulsar, junto con las Naciones Unidas, Rusia y Ucrania, la Iniciativa de Granos del Mar Negro. El acuerdo resolvió temporalmente la escasez mundial de alimentos, causada por la interrupción del suministro a causa de las actividades militares .
Con la reciente reunión, Ankara demostró claramente su papel como "puente" entre Moscú, Kiev y Occidente, algo que no muchos países han podido hacer hasta ahora.
En tercer lugar, la activa reanudación del acuerdo por parte de Turquía le ha valido reconocimiento internacional. Inmediatamente después de su reunión con el Sr. Putin, el Sr. Erdogan afirmó que Turquía mantiene un estrecho contacto con las Naciones Unidas para reanudar el acuerdo. Inmediatamente después, en una conversación telefónica con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el ministro de Asuntos Exteriores, Hakan Fidan, también mencionó el importante acuerdo mencionado.
El 4 de septiembre, la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, declaró: «Los esfuerzos de Turquía para reactivar el acuerdo son importantes». El Departamento de Estado estadounidense declaró: «Acogemos con satisfacción los esfuerzos de Turquía y otros países para persuadir a Rusia de que regrese al acuerdo de cereales del Mar Negro. Estamos trabajando con las Naciones Unidas y Turquía para reactivar esta iniciativa».
El reconocimiento de las contribuciones internacionales de Turquía, especialmente en el campo de la seguridad alimentaria, es importante en medio de las problemáticas relaciones del país con Occidente, ya que Ankara permanece fuera de la Unión Europea (UE).
De este modo, la reunión en Sochi contribuye a expresar la posición de Rusia, al tiempo que fortalece la posición de Turquía en la volátil situación actual.
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