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El profesor en silla de ruedas

En una zona montañosa remota y ventosa, hay una clase que no solo enseña letras, sino también a las personas. Y la maestra, sentada en silla de ruedas, es la prueba de que la bondad puede superar todos los límites, iluminar la esperanza y transformar todo un campo.

Báo Thanh niênBáo Thanh niên07/07/2025

En medio de una zona rural pobre del distrito montañoso de Ba Thuoc, provincia de Thanh Hoa , vive un maestro especial: Tran Van Hoa, de 43 años. Sin piernas sanas, sin pizarra ni podio, este maestro lleva más de 10 años compartiendo incansablemente su conocimiento con cientos de estudiantes de bajos recursos, con su vieja silla de ruedas y un corazón lleno de amor.

En 2009, mientras trabajaba como profesor de matemáticas en una escuela primaria de la comuna de Ai Thuong, un grave accidente de tráfico le quitó las piernas al Sr. Hoa. De ser un hombre sano, amante de su trabajo y apasionado por la enseñanza, quedó discapacitado y tuvo que usar silla de ruedas el resto de su vida.

"En ese momento, pensé que mi vida había terminado. Ya no podía estar en clase, ya no veía las miradas ansiosas de los estudiantes en cada clase... Estaba casi desesperado", recordó el Sr. Hoa con la mirada pensativa.

Pero entonces, en medio de los días más oscuros de la vida, un milagro vino de un niño.

Una tarde, una niña de unos 9 años, hija del vecino, se acercó a la maestra y tímidamente le preguntó: «Maestra, ¿me puede enseñar matemáticas? Estoy a punto de presentar mis exámenes semestrales... mi madre es analfabeta». Esa pregunta, aparentemente simple, fue como una pequeña luz que brillaba en la oscuridad, reavivando la fe del Sr. Hoa.

Maestra en silla de ruedas - Foto 1.

El maestro Hoa con sus alumnos - FOTO: PROPORCIONADA POR EL AUTOR

Aula especial bajo el porche

Desde ese día, todas las tardes, bajo el pequeño porche frente a su casa, el Sr. Hoa comenzó a ofrecer clases gratuitas de caridad para niños pobres, huérfanos o personas en situación difícil. Sin pupitres ni sillas adecuados, los estudiantes se sentaban en colchonetas, usando sus cuadernos para escribir sobre las rodillas. Él, sentado en una silla de ruedas, preparaba planes de clase y enseñaba con todo su corazón.

Al principio, solo había 3 o 4 estudiantes, pero luego se corrió la voz por todo el barrio y el número fue aumentando gradualmente. Había días en que el aula estaba abarrotada con más de 20 alumnos. Algunos caminaban 5 o 6 kilómetros para escuchar la clase del profesor.

Lo especial es que el Sr. Hoa no solo enseña letras, sino que también enseña a los estudiantes a ser buenas personas, a ser agradecidos y a tener ganas de vivir. A menudo les cuenta su propia historia, no para quejarse de su destino, sino para ayudarlos a comprender que: «Por muy cruel que sea la vida, si mantenemos un buen corazón y fe, podemos dar y ser felices».

Viaje de sembrar letras con compasión

Muchos estudiantes que asistieron a la clase del Sr. Hoa ahora son universitarios, ingenieros y futuros docentes. Algunos han regresado para ayudarlo con sus clases en momentos de mucha afluencia. Nguyen Van Tu, estudiante de segundo año de la Universidad de Educación de Hue , comentó: «Si no fuera por la clase del Sr. Hoa, habría abandonado la escuela en sexto grado. Fue él quien me infundió fe y sueños. Me convertiré en docente para continuar mi labor docente en mi ciudad natal».

Cada mes, a pesar de no tener ingresos estables, el Sr. Hoa gasta parte de su subsidio por discapacidad en comprar cuadernos, bolígrafos y reglas para sus alumnos. Un año, cuando se inundaron y muchas casas se derrumbaron, los alumnos no tenían libros, así que pidió libros viejos a organizaciones benéficas para mantener el aula.

La Sra. Nguyen Thi Hoa, madre de dos niños en la clase de la maestra, se conmovió: «Sin él, los niños de aquí no sabrían leer ni escribir. También les compra dulces y ropa vieja. Es muy pobre, pero todos en el barrio lo quieren como a un ser querido».

La historia del Sr. Hoa se difundió en redes sociales y fue compartida decenas de miles de veces. Muchas organizaciones benéficas acudieron para financiar libros, tableros y albergues para la pequeña clase. Pero él se mantuvo humilde: "Solo hago cosas muy normales. Lo más feliz es ver las sonrisas de los niños y saber que sigo siendo útil".

En 2022, la Unión Provincial de Jóvenes de Thanh Hoa lo distinguió como "Modelo de Vida Hermosa" y recibió un certificado de mérito del presidente del Comité Popular Provincial por sus contribuciones a la comunidad. Pero la mayor recompensa, según él, es el cariño de sus estudiantes y la confianza de la gente.

Maestra en silla de ruedas - Foto 2.

Fuente: https://thanhnien.vn/nguoi-thay-tren-chiec-xe-lan-185250627141511521.htm


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