
Fuente: Ministerio de Salud
Cuando los niños están en casa, el descuido y la negligencia de los adultos pueden ponerlos en peligro, pudiendo causarles accidentes a ellos mismos o a quienes los rodean. Muchos incendios y accidentes ocurren debido a niños cuando los adultos no están en casa. Los niños suelen ser curiosos, jugar con aparatos eléctricos y provocar incendios. En ocasiones, incluso se lesionan, se queman y sangran por las extremidades debido a la hiperactividad; sin mencionar los numerosos incendios que han causado la muerte de niños y grandes daños materiales. Las investigaciones demuestran que la causa principal es que los familiares cierran la puerta con llave, por lo que los niños no deben quedarse solos en casa con llave bajo ninguna circunstancia.
En caso de tener que dejar a tu hijo solo en casa sin nadie alrededor, la Policía Municipal señala algunas medidas para minimizar el riesgo de incendio y explosiones para los niños pequeños.
Para los padres, la Policía Municipal recuerda que está absolutamente prohibido encerrar a los niños en casa sin dejarles la llave; la llave de la puerta principal debe colocarse en un lugar designado o al alcance de los niños para que puedan encontrarla rápidamente y abrir la puerta en caso de incendio u otros incidentes.
Los padres siempre deben preparar la comida para sus hijos antes de salir de casa, no dejar que cocinen solos ni que entren en contacto con aparatos que generen fuego o calor. Asimismo, deben llamar a sus hijos al menos cada dos horas y, si la casa cuenta con una cámara, supervisarlos regularmente a través de ella. Indíqueles que no salgan ni jueguen en el balcón ni en zonas con alturas peligrosas. Deben revisar de forma proactiva, cerrar el tanque de gas, apagar el calentador de agua, la estufa eléctrica y los electrodomésticos cuando no estén en uso; usar cinta adhesiva para cubrir los enchufes eléctricos de fácil acceso para los niños en la casa; enseñarles a reconocer electrodomésticos y objetos peligrosos, y prohibirles estrictamente que los toquen.
Los padres deben recordar a los niños que apaguen los aparatos eléctricos innecesarios antes de ir a dormir; no permitir que los niños quemen papel votivo; limitar el uso de estufas para cocinar por parte de los niños para evitar incendios y quemaduras; no permitir que los niños utilicen planchas, estufas eléctricas, secadoras y otros aparatos que generen calor; la negligencia de los niños puede conducir a un grave riesgo de incendio.
La Policía de la Ciudad de Hanói recomienda a los padres que creen condiciones proactivas para que sus hijos participen en clases de capacitación en habilidades para la vida, cursos de capacitación, prevención de incendios, lucha contra incendios y técnicas de rescate, organizados por las unidades y agencias funcionales. Los padres deben capacitar y enseñar regularmente a sus hijos habilidades para la vida, técnicas de escape y técnicas de seguridad en caso de incidentes peligrosos, incendios y explosiones; enseñarles a detener las hemorragias por sí mismos y a preparar vendajes, gasas, etc.
En particular, los padres deben enseñar a sus hijos técnicas de supervivencia en caso de incendio. En concreto, si huelen a quemado, humo o ven fuego, deben correr inmediatamente a la zona afectada, gritar para avisar a los adultos y llamar inmediatamente a los bomberos al 114. Si quedan atrapados en un incendio con adultos cerca, los niños deben escuchar con calma sus instrucciones. Los padres deben mostrarles las posibles salidas en caso de incendio; intentar salir lo más rápido posible; no se queden cargando objetos ni llamando a los bomberos mientras el incendio esté en plena actividad.
Si la familia vive en un edificio alto o un complejo de apartamentos, los padres deben enseñar a sus hijos a no usar nunca el ascensor para bajar, ya que podría detenerse debido a un corte de luz en caso de incendio. Si la familia vive más cerca del último piso, los padres deben enseñar a sus hijos a subir en lugar de bajar; para evitar la asfixia por el humo, salgan arrastrándose cerca del suelo, cubriéndose la boca y la nariz con una toalla o un paño húmedo, o usando una chaqueta mojada si es posible; si el cabello o la ropa se prenden fuego, deténganse, recuéstense y rueden hacia adelante y hacia atrás o rueden para apagar el fuego; si quedan atrapados en una habitación y no pueden salir, usen toallas o un paño húmedo para tapar bien las rendijas de la puerta e impedir que entre humo, luego métanse debajo de la cama y recuéstense cerca del suelo.
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