Reuters informó el 13 de septiembre que un equipo de médicos en el noreste de Perú salvó la vida de un niño de 2 años que se tragó ocho jeringas mientras jugaba en el lugar de trabajo de su madre.
El niño se tragó las agujas en la finca donde trabajaba su madre, Narly Olórtegui Pisco, en la provincia de Mariscal Cáceres, al norte de Perú.
No se reveló el nombre del niño, pero se identificó que vivía con su familia en la ciudad de Taratopo, a 622 km de Lima, la capital. Taratopo es conocida por ser una importante región agrícola del país latinoamericano.
El niño fue trasladado de urgencia al Hospital II-2 Tarapoto, donde el cirujano Efraín Salazar Tito descubrió ocho agujas clavadas en todo el abdomen del niño.
“Dos agujas estaban en el peritoneo derecho, tres en el izquierdo, una en la pared abdominal y las dos restantes en una posición peligrosa entre la vejiga y el recto”, según un comunicado del gobierno regional de San Martín.
Los medios locales informaron que las agujas se usaban para vacunar animales en la granja donde trabajaba la madre del niño. Se cree que el niño las encontró jugando y se las tragó.
Los médicos retiraron con éxito todas las agujas del abdomen del paciente tras dos horas de cirugía. También examinaron y curaron las pequeñas heridas en el intestino delgado. El niño ya se encuentra fuera de peligro.
Los niños pequeños suelen tener el hábito de tragarse objetos. En un estudio publicado en abril de 2019, la Academia Americana de Pediatría indicó que la tasa de niños que tragan objetos extraños se ha duplicado en los últimos 20 años (desde 1995) hasta alcanzar casi 800.000 casos.
La ingestión de objetos extraños en niños de 1 a 3 años representó el 62% de los casos. Monedas, juguetes y joyas se encuentran entre los objetos extraños que los niños pequeños se llevan a la boca con frecuencia para tragar.
Minh Hoa (reportado por Thanh Nien, Vietnam+)
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