Los argumentos del nuevo gobierno de Tailandia sobre la necesidad de una nueva constitución son de hecho válidos, argumentando que se necesita una nueva constitución para sanar verdaderamente las heridas causadas por el golpe militar y asegurar la democracia en el país.
Primer Ministro de Tailandia, Srettha Thavisin
De hecho, este plan conlleva numerosos riesgos e incertidumbres para el nuevo gobierno tailandés. La constitución actual es esencialmente producto del gobierno militar del ex primer ministro Prayut Chan-o-cha. Garantiza que el ejército tailandés mantenga un papel, una posición y una influencia muy decisivos, incluso si ya no ostenta el poder directo o solo participa en la regencia, como ocurre actualmente. Este cambio constitucional será sin duda visto por el ejército tailandés como un desafío, incluso como una declaración de guerra nominal.
La experiencia histórica en Tailandia demuestra que un golpe militar puede ocurrir en cualquier momento. Los resultados de las recientes elecciones parlamentarias reflejan el sentimiento popular en Tailandia de no apoyar un golpe militar para derrocar a un gobierno civil electo. El ejército tailandés esperará a ver el contenido específico de la nueva constitución antes de decidir qué hacer. El gobierno tailandés seguramente sabía que andar por la cuerda floja implica aceptar riesgos y peligros.
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