Esto también puede considerarse una señal positiva de que el medio marino se está recuperando. Sin embargo, tras esa alegría se esconde una gran preocupación. Los expertos advierten que la oleada espontánea de turismo, con la aparición masiva de barcos, canoas y excursiones de avistamiento de peces sin control, puede provocar que las ballenas se estresen, abandonen el lugar e incluso corran peligro si encallan.
Esta preocupante situación no solo ocurre en Gia Lai. Un informe científico afirma que en Khanh Hoa, la localidad con la costa más extensa del país, con bahías famosas como Van Phong, Nha Trang y Cam Ranh, se ha registrado la desaparición de más de 190 arrecifes de coral en tan solo las últimas dos décadas. La causa no solo se debe al cambio climático, la contaminación ambiental, la sobreexplotación de los mariscos o la recuperación de tierras para la construcción, sino también a las actividades turísticas descontroladas.
La situación de barcos fondeados que rompen corales, turistas pisoteando al bucear, aguas residuales de centros turísticos costeros vertidas directamente al mar, o una sobrecarga turística que supera la capacidad del medio ambiente, han ido agotando gradualmente el corazón del océano, hábitat de miles de especies. Este es un precio demasiado alto para un proceso de desarrollo no planificado, donde el crecimiento económico y el turismo a corto plazo eclipsan la visión de preservar los valores naturales a largo plazo. Cuando el ecosistema se daña, la industria turística parece autodestruirse.
Ante estas señales tan preocupantes, el concepto de "Turismo de Huella Cero" se perfila como una dirección necesaria y urgente. Se trata de un modelo turístico que busca minimizar los impactos negativos en el medio ambiente, desde la limitación de emisiones y residuos hasta la preservación de la naturaleza y el apoyo a las comunidades locales...
La buena noticia es que la concienciación de los turistas vietnamitas está cambiando positivamente. Según el informe "Viajes y Desarrollo Sostenible 2025" de Booking.com, el 62 % de los turistas vietnamitas considera el turismo sostenible un criterio importante al elegir un destino, y hasta el 90 % desea optar por actividades respetuosas con el medio ambiente. Los turistas ya no buscan simplemente "disfrutar" del paisaje, sino convertirse en compañeros de la naturaleza, contribuyendo a proteger, regenerar y honrar los valores indígenas.
Al captar esta tendencia, muchas localidades han implementado de manera efectiva modelos de turismo verde: tours para ver tortugas poniendo huevos en Con Dao, explorar las cuevas de Phong Nha - Ke Bang, tours agrícolas en Tra Vinh, baños de bosque en Dong Nai... Estas experiencias no solo atraen a visitantes internacionales de alto nivel, sino también a visitantes nacionales que están dispuestos a pagar precios más altos por un turismo responsable.
Para alcanzar el objetivo del desarrollo turístico sostenible, además de la concienciación comunitaria, se necesita un sistema de políticas claro y un mecanismo de aplicación riguroso. No podemos seguir actuando de forma improvisada, de modo que, cuando la naturaleza se agote, el turismo también muera.
Si se implementa correctamente, el turismo sostenible no solo ayuda a proteger el medio ambiente, sino que también mejora la calidad de la experiencia. Es entonces cuando el turismo se convierte en un viaje de profunda conexión entre las personas y la naturaleza, entre el presente y el futuro. Vietnam puede aprender sin duda de los modelos de "pasaporte verde", "viaje verde" y "destino sostenible" para construir una marca de ecoturismo seria y competitiva a nivel internacional.
La estrategia actual de la industria turística vietnamita ya no es "cómo hacer turismo para atraer turistas", sino cómo garantizar que, dentro de 10 años, las ballenas sigan regresando al mar, los arrecifes de coral sigan siendo vibrantes y las comunidades locales sigan prosperando. Esto no es solo una opción, sino una responsabilidad.
Fuente: https://www.sggp.org.vn/de-ca-voi-van-ve-bien-post803311.html
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