El clima está a punto de entrar en la temporada más calurosa del año y, junto con ese calor, muchas personas también cambian sus hábitos de cuidado de la piel hacia la simplicidad, hasta el punto de ser demasiado minimalistas. Mucha gente piensa: "He cuidado mi piel todo el año, ahora que hace calor, tengo que dejarla 'respirar'". Como resultado, evitan la crema hidratante, limitan la aplicación de protector solar por miedo a obstruir la piel, simplemente se lavan la cara rápidamente y dejan que su piel se equilibre sola.
Suena lógico, pero en realidad, esto no ayuda a que la piel esté más sana, sino que solo provoca que produzca más grasa, se deshidrate con facilidad y se dañe más rápido. Si tú también piensas así, ¡es hora de reconsiderarlo!
El minimalismo no significa descuidado
El cuidado de la piel minimalista (también conocido como skinimalismo) no es intrínsecamente malo. Pero el problema radica en que muchas personas malinterpretan el minimalismo en la belleza. El minimalismo no significa simplemente lavarse la cara y prescindir de la hidratación o el protector solar. Una rutina de cuidado de la piel sencilla pero efectiva debe tener al menos tres pasos básicos: limpieza, hidratación y protección solar. Si omites tan solo uno de estos elementos, tu piel pronto se volverá grasa, seca o con brotes constantes.
La piel grasa también necesita hidratación, es una regla inmutable.
Una de las ideas erróneas más comunes es que la piel grasa no necesita hidratación. Con el calor, la piel produce más grasa, pero eso no significa que no necesite hidratación. Lo cierto es que, cuando la piel carece de agua, las glándulas sebáceas tienen que trabajar más para compensarla, lo que la vuelve aún más grasa. Por lo tanto, si solo te centras en controlar la grasa sin hidratar, la piel caerá en un círculo vicioso: cuanto más controlas la grasa, más grasa produce.
En lugar de omitir la hidratación, elige productos con una textura ligera, como gel o loción, para hidratar la piel sin dejarla tirante. Ingredientes como el ácido hialurónico (AH), la glicerina, la niacinamida o el escualano ayudarán a la piel a mantener la hidratación necesaria sin que el rostro se sienta pesado.
Nunca omita el paso de protección solar.
El calor hace que muchas personas teman aplicar protector solar por temor a la piel irritada. Pero, de hecho, no usar protector solar es la causa del envejecimiento rápido de la piel, la pérdida de agua y la producción de grasa. La opción ideal para climas cálidos es el protector solar en gel, leche o esencia, que se absorbe rápidamente sin ser pegajoso. Además, asegúrate de reaplicar el protector solar cada 2 o 3 horas si tienes que estar mucho tiempo al aire libre.
En resumen, la piel en verano también necesita un cuidado adecuado y razonable; no basta con mantenerla fresca. Por muy caluroso que sea el clima, la piel necesita estar limpia e hidratada, especialmente la piel grasa. Si sigues ahorrando por miedo a obstruir tu piel, solo la estás dañando más rápido.
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