Desde la inversión de 10 mil millones de dólares de Microsoft en OpenAI en enero de 2023, otros gigantes de la gran tecnología han estado compitiendo para asociarse con nuevas empresas líderes en inteligencia artificial a través de acuerdos de financiación y computación en la nube.
En 2023, Salesforce lideró una ronda de financiación para Hugging Face, que la valoró en 4.500 millones de dólares. Alphabet y Amazon han invertido miles de millones en Anthropic, rival de OpenAI. Mientras tanto, Nvidia ha respaldado a la mayoría de las startups de IA más destacadas.
A principios de diciembre de 2023, en un comunicado de prensa, representantes de Nvidia anunciaron que se habían comprometido con más de 20 proyectos de inversión en IA en 2023. La compañía afirmó: «Estas alianzas impulsan la innovación conjunta, refuerzan el valor de las plataformas de Nvidia y amplían el ecosistema».
Además de OpenAI, Microsoft ha invertido en Inflection AI y Adept, entre otras startups multimillonarias de IA. En noviembre de 2023, el dominio de Microsoft sobre OpenAI quedó patente cuando el director ejecutivo, Sam Altman, fue despedido a los pocos días.
El CEO de Microsoft, Satya Nadella, jugó un papel clave, junto con otros inversores, a la hora de obligar a la junta directiva a revertir su decisión.
Microsoft incluso “amenazó” a la junta directiva de OpenAI con contratar a Sam Altman y sus colegas para formar una nueva división de inteligencia artificial de Microsoft.
Para las empresas de IA, las alianzas con las grandes tecnológicas son un salvavidas. Desarrollar los grandes modelos de lenguaje que impulsan los chatbots de IA como ChatGPT es extremadamente costoso y requiere una gran capacidad de procesamiento. Las grandes tecnológicas cuentan con la infraestructura y el capital necesarios para respaldar estos planes.
Por el contrario, para las grandes tecnológicas, estos acuerdos podrían servir como un medio para consolidar su dominio sobre un mercado competitivo y de rápido crecimiento tras el rotundo éxito de ChatGPT.
Al mismo tiempo, las asociaciones con empresas emergentes de inteligencia artificial podrían ayudar a las grandes tecnológicas a impulsar la demanda de sus productos, ya sean chips vendidos por Nvidia o servicios de computación en la nube de Microsoft, Google y Amazon.
Como resultado, muchas de las empresas emergentes de IA más prometedoras de la actualidad dependen en gran medida de las grandes tecnológicas para su financiamiento y su infraestructura técnica, y eso está empezando a atraer la atención de los reguladores.
La alianza de Microsoft con OpenAI está bajo el escrutinio de los reguladores de la competencia en el Reino Unido y Estados Unidos. En Estados Unidos, el gobierno ha encomendado a la Comisión Federal de Comercio la tarea de promover un ecosistema de IA justo, abierto y competitivo.
El regulador estadounidense solicitó previamente comentarios públicos sobre las garantías de competencia en los principales contratos de computación en la nube.
Lo que temen los reguladores es que la narrativa de la inversión estratégica en startups de IA pueda convertirse en un monopolio de la IA por parte de las grandes tecnológicas.
En respuesta a las preocupaciones regulatorias, Microsoft enfatizó que no posee una participación tradicional en OpenAI. "Es importante destacar que Microsoft no posee acciones de OpenAI y solo tiene derecho a una parte de las ganancias", declaró un representante de la compañía.
Mientras Microsoft, Amazon y Alphabet están colaborando activamente con nuevas empresas de IA, las otras dos grandes tecnológicas, Apple y Meta, buscan implementar sus propios planes para evitar preocupaciones regulatorias sobre el dominio del campo de la IA.
Apple ha desarrollado su propio modelo de lenguaje extenso llamado Ajax e implementado un chatbot interno llamado "Apple GPT". Mientras tanto, Meta desarrolla un modelo de lenguaje extenso de código abierto y ha firmado acuerdos con otras grandes tecnológicas, como Microsoft y Amazon.
(según Bloomberg)
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