Curiosamente, mientras participaba en un estudio sobre el dolor de espalda, el método de estimulación eléctrica utilizado por los científicos para tratar el dolor de espalda la ayudó inesperadamente a ver con claridad.
Tiene un tipo raro de glaucoma.
Lynley Hood, de 80 años, reside en Dunedin, Nueva Zelanda. Trabajaba como escritora y ganó varios premios literarios en su país natal. Una noche de 2011, mientras leía un libro, Hood perdió repentinamente la visión del ojo izquierdo, según el New Zealand Herald .
La Sra. Lynley Hood recuperó la vista después de recibir una descarga eléctrica en la cabeza.
Pensando que estaba cansada, se acostó. Pero a la mañana siguiente, seguía viendo borroso. Fue al médico y le diagnosticaron un tipo raro de glaucoma que le provocó pérdida de visión central en el ojo izquierdo y visión tan borrosa en el derecho que apenas podía ver. La afección la dejó prácticamente ciega e incapaz de leer ni escribir.
Los médicos dijeron que el tipo de glaucoma que tenía nunca mejoraría. Lo único que se podía hacer era evitar que empeorara. En 2020, Hood se cayó y se fracturó la pelvis, lo que le provocó un fuerte dolor de espalda. Pero lo que parecía un accidente terrible le brindó la oportunidad de recuperar la vista.
El tratamiento del dolor de espalda aclara repentinamente los ojos
El dolor de espalda le brindó la oportunidad de participar en un estudio sobre el tratamiento del dolor crónico realizado por científicos de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda) en 2022. Su deseo al participar en el estudio era mejorar su dolor de espalda persistente. Sin embargo, los resultados fueron inesperados.
En el estudio, se pidió a los voluntarios que usaran un casco especial. Dentro del casco se encontraban electrodos que proporcionaban estimulación eléctrica al paciente.
Los voluntarios se dividieron en dos grupos. Un grupo recibió estimulación cerebral profunda, mientras que el otro, un grupo de control, solo recibió estimulación eléctrica en el cuero cabelludo. Hood estaba en el segundo grupo.
Pero tras cuatro semanas de estimulación eléctrica en la superficie del cuero cabelludo, Hood recuperó la visión por completo de repente. Ni el equipo de investigación ni su oftalmólogo podían creerlo.
"Fue asombroso; su visión mejoró tanto que el oftalmólogo dijo que era un milagro. Un milagro de la casualidad", declaró al Otago Daily Times la Dra. Divya Adhia, una de las líderes del estudio.
Desde entonces, Hood ha vuelto a leer y escribir. Los investigadores no están seguros de qué la ayudó a recuperar la vista. Actualmente, están realizando otro estudio, junto con el estudio sobre el dolor crónico, para averiguarlo, según el New Zealand Herald.
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