Los investigadores de Turkmenistán aún no han encontrado una solución viable para extinguir el cráter Darvaza, que ha estado lleno de gas metano y ardiendo desde la era soviética.
El cráter Darvaza arde en rojo. Foto: BBC
Hace diez años, el explorador de National Geographic, George Kourounis, escaló las Puertas del Infierno. El agujero de 30 metros de profundidad y 70 metros de ancho, ubicado en el centro-norte de Turkmenistán, se llama oficialmente Cráter Darvaza (de un pueblo cercano), pero el apodo de Puerta del Infierno describe mejor el fenómeno: un sumidero de metano que se incendió hace décadas en una zona remota del desierto de Karakum y que ha estado ardiendo desde entonces. En 2013, Kourounis se convirtió en la primera persona en escalar el interior del cráter ardiente. Tras dos años de planificación, solo contó con 17 minutos para tomar mediciones de gases y muestras de suelo antes de tener que escapar. "Esos 17 minutos quedaron grabados en mi mente. Fue mucho más aterrador, más caluroso y más grande de lo que imaginaba", declaró Kourounis a National Geographic.
La expedición atrajo la atención mundial al cráter Darvaza, y el gobierno turcomano había prometido extinguir permanentemente el incendio alimentado por metano antes de decidir abandonar la Puerta al Infierno.
Con vastas reservas de petróleo y gas, Turkmenistán cuenta con numerosas zonas industriales donde el metano, un potente gas de efecto invernadero, se filtra a la atmósfera. A principios de este verano, los gobiernos de Estados Unidos y Turkmenistán debatieron maneras de cooperar para sellar estas áreas, que podrían incluir el cráter Darvaza. Pero extinguir el incendio no es tarea fácil. "El proceso puede salir mal. Me preocupa mucho el riesgo de explosión", declaró Guillermo Rein, científico especializado en incendios del Imperial College de Londres.
A pesar de su aterrador aspecto, el cráter Darvaza no es tan inusual. También conocido como "Luz Karakum" en Turkmenistán, el cráter se encuentra en la cuenca de Amu-Darya, una formación geológica que contiene una cantidad desconocida de petróleo y gas natural, principalmente metano. Gran parte del metano se libera de la corteza terrestre. Si se incendia, arderá hasta que no quede combustible, calor ni aire rico en oxígeno. Normalmente, el metano de la zona es extraído por la industria del petróleo y el gas o se filtra en la superficie o bajo el agua, sin que nadie se dé cuenta.
El cráter Darvaza lleva décadas ardiendo, comenzando como un accidente de la Guerra Fría. En algún momento de las décadas de 1960 y 1980, ingenieros petroleros soviéticos perforaban en la zona cuando el suelo se derrumbó bajo sus pies, revelando un cráter que liberaba gas metano. O bien los ingenieros prendieron fuego al gas metano con la esperanza de que se consumiera rápidamente, o bien alguien arrojó un cigarrillo accidentalmente e inició el incendio. Sea cual sea la causa, el accidente liberó una avalancha de contaminantes tóxicos, pero desde que la aldea más cercana fue arrasada en 2004, a nadie le importó el cráter.
Extinguir el incendio en el cráter Darvaza requiere dos cosas: extinguir las llamas y detener la fuga de gas metano desde el subsuelo. El primer paso es mucho más sencillo que el segundo. Por ejemplo, podría ser posible rociar cemento de secado rápido en el cráter, privándolo del aire rico en oxígeno que alimenta el fuego. Sin embargo, los geólogos advierten que este método podría enviar gas metano a la superficie por otras vías, creando otra fuente de fuga. Por lo tanto, la única manera de cerrar las Puertas del Infierno es detener la fuga de metano en su origen.
La clave es descubrir qué hay bajo el cráter Darvaza. Los expertos en petróleo y gas tendrían que identificar la fisura subterránea que está filtrando metano. Luego, se podría verter hormigón en la grieta mediante una tubería subterránea. Mark Tingay, experto en geomecánica petrolera de la Universidad de Adelaida, no está seguro de cómo sellar una fisura subterránea de este tipo, incluso si los ingenieros pudieran localizarla. Las fugas industriales pueden ser difíciles de reparar, pero las fugas geológicas son más complejas y están plagadas de incertidumbre.
Una posibilidad remota es usar un artefacto explosivo de gran tamaño para taponar la fuga de metano. En este método, se transporta una bomba a través de un pozo y se detona cerca de la fuente de metano, eliminando el oxígeno y sofocando el incendio, mientras colapsa en la grieta, provocando la fuga de metano.
No se sabe con certeza la eficacia del método en el cráter Darvaza, pero la bomba sería sin duda enorme. De hecho, los ingenieros soviéticos han utilizado ojivas nucleares en varias ocasiones para detener incendios subterráneos, la más reciente en 1981. Sin embargo, esto podría no funcionar en el cráter Darvaza, ya que Kourounis sospecha que el gas seguirá filtrándose a otros lugares.
An Khang (según National Geographic )
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