¿Son seguras las espinas de pescado enlatadas?
El pescado enlatado a menudo se somete a un proceso de envasado a alta temperatura y presión, lo que ayuda a ablandar las espinas para facilitar la masticación y la digestión, según Health (USA).
“Este proceso descompone la estructura del calcio, haciendo que los huesos sean blandos y seguros para consumir”, afirmó la nutricionista Rima Kleiner, en Estados Unidos.
Debido a su textura blanda, las espinas del pescado enlatado suelen ser seguras, pero hay algunas excepciones.
Se puede añadir pescado enlatado a las comidas diarias para aumentar los nutrientes.
FOTO: AI
No recomiendo consumir espinas de pescado en conserva a personas con problemas para tragar después de radioterapia, reflujo gastroesofágico (ERGE) no controlado o niños menores de 3 años. Por lo tanto, suelo recomendar machacar las sardinas o el salmón enlatados con jugo de limón para ablandar las espinas lo máximo posible antes de consumirlos, afirma la nutricionista Louisa Mason, de EE. UU.
Al enlatar pescado, los fabricantes lo esterilizan en autoclaves, calentándolo a presión a más de 115 grados Celsius. Al guisarlo, las espinas adquieren una textura esponjosa y suave, similar al tuétano. Cocinarlo de esta manera también mejora la textura y aumenta la absorción de nutrientes.
“Esto no sólo mata los patógenos, sino que también suaviza el colágeno y los minerales de los huesos”, dice Mason.
La nutricionista Kleiner añade que en el caso de las sardinas y las anchoas (pescados con espinas delgadas y finas), durante el proceso de enlatado, las espinas casi se desintegran, lo que las hace seguras para comer.
En cuanto al salmón —un pescado más grande con espinas más visibles—, estas se ablandan considerablemente durante el envasado a presión, pero conservan más estructura que las de las sardinas o las anchoas. Estas espinas blandas son perfectamente comestibles, pero deben consumirse con precaución.
En general, las espinas de pescado enlatadas son comestibles, pero se debe tener cuidado al comerlas.
Ilustración: IA
Beneficios inesperados para la salud
El pescado enlatado es una de las fuentes de calcio más asimilables de la dieta. Las espinas de la lata también contienen boro, un oligoelemento importante para el metabolismo de los estrógenos y la salud ósea, afirma Mason.
Sin embargo, es uno de los alimentos ricos en nutrientes más ignorados, especialmente para personas activas o mayores. Mason recomienda consumir pescado enlatado de dos a cuatro veces por semana, alternando con sardinas, salmón y anchoas para diversificar la ingesta de micronutrientes y minimizar la exposición a metales pesados.
Los investigadores han descubierto que las personas que consumen pescado enlatado pueden vivir más que quienes no lo consumen. En otro estudio, comer sardinas enlatadas resultó incluso más eficaz para promover la salud y la longevidad, además de aportar más omega-3 que tomar suplementos de aceite de pescado.
Estudios preliminares también muestran que comer pescado enlatado puede reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer, con beneficios similares a los de comer pescado fresco.
Sin embargo, según el experto Mason, las personas deberían evitar comer espinas de pescado enlatadas en los siguientes casos:
- Las espinas de pescado no se deforman fácilmente al impactarlas con un tenedor.
- Tiene enfermedad renal crónica, ya que la absorción de fósforo puede estar aumentada.
- Dificultad para tragar (disfagia) y problemas gastrointestinales.
- Embarazada.
Fuente: https://thanhnien.vn/co-nen-an-xuong-ca-trong-ca-dong-hop-185250702194841219.htm
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