La oleada de medidas comerciales de la administración Trump comienza a dibujar un panorama más claro, aunque incómodo, para Asia, la región manufacturera más grande del mundo . Parece estar tomando forma un nuevo orden, en el que la imprevisibilidad se ve reemplazada por la realidad de aranceles más altos.
El 22 de julio, el presidente Trump anunció un importante acuerdo con Japón, imponiendo un arancel del 15% a las importaciones procedentes de la tercera economía más grande del mundo. El arancel incluye los automóviles, una de las principales causas del déficit comercial bilateral entre ambos países. Casi simultáneamente, se firmó un acuerdo independiente con Filipinas con un arancel del 19%.
Estas cifras no son aleatorias. Sugieren que se está gestando una estrategia coherente. La tasa impositiva del 19% de Filipinas es prácticamente igual a la de Indonesia, que, según los analistas, es el punto de referencia para gran parte del resto del Sudeste Asiático.
Una "nueva normalidad"
Trinh Nguyen, economista senior de Natixis, resumió la situación en un concepto notable: una “nueva normalidad”.
“Vivimos en una nueva normalidad donde un arancel del 10% se considera la tasa base, por lo que un 15% o un 20% no es tan malo si otros países pagan lo mismo”, afirmó. Según ella, la lógica de las empresas estadounidenses es muy realista: con este nivel arancelario, importar productos de Asia sigue generando mayores ganancias que invertir en la producción nacional.
En otra señal de distensión, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, confirmó que se reunirá con funcionarios chinos en Estocolmo para la tercera ronda de conversaciones destinadas a extender la tregua arancelaria y ampliar las discusiones.
Esta medida, junto con la flexibilización de las restricciones estadounidenses sobre los chips y la reanudación de las exportaciones de tierras raras por parte de China, sugiere que las relaciones entre las dos economías más grandes del mundo se están estabilizando tras meses de tensión. En general, está surgiendo una relación más predecible.

Después de meses de incertidumbre, los últimos acuerdos arancelarios del presidente estadounidense Donald Trump están ayudando a delinear un nuevo panorama comercial para Asia, la región manufacturera más grande del mundo (Foto: Getty).
Pero la claridad no significa certeza. Aún quedan muchas preguntas importantes. La administración Trump sigue considerando la posibilidad de imponer aranceles a sectores estratégicos, en particular semiconductores y productos farmacéuticos —sectores vitales para economías asiáticas de alta tecnología como Singapur, Taiwán e India— que aún no han alcanzado un acuerdo arancelario claro con Estados Unidos.
Corea del Sur también enfrenta la amenaza de aranceles sectoriales más profundos, aunque el acuerdo con Japón podría servir como modelo para el nuevo presidente Lee Jae-myung.
La ola de desplazamiento y el precio de la incertidumbre
A medida que el mapa arancelario se aclara, las empresas con cadenas de suministro complejas que abarcan Asia, pero que aún dependen de los consumidores estadounidenses, podrían finalmente tomar medidas. Los grupos del sector llevan tiempo advirtiendo que la incertidumbre política es más perjudicial para el clima de inversión que unos aranceles elevados pero estables.
Ahora que ha llegado la estabilidad, podría desencadenar una ola de reubicación de la industria manufacturera similar a la primera guerra comercial de 2018. Con aranceles promedio aún entre los más altos de la región y una presión política continua de Washington dirigida a las ambiciones tecnológicas de Beijing, apostar por ubicaciones de fabricación más estables se ha convertido en una prioridad estratégica.
Los datos del índice S&P PMI han mostrado el precio de la incertidumbre anterior, con el sector manufacturero en la ASEAN registrando su mayor contracción desde agosto de 2021, impulsada por una disminución en los nuevos pedidos, despidos y compras más débiles de materias primas.
Los consumidores estadounidenses al borde del aumento de precios
Para los consumidores estadounidenses, que hasta ahora han sentido poco impacto directo, los economistas advierten que el período de calma está llegando a su fin. Se espera que los precios de los productos importados suban en los próximos meses.
Los expertos de Goldman Sachs predicen que el tipo impositivo básico "recíproco" de EE. UU. aumentará oficialmente del 10 % al 15 %. Esto no solo ejercerá una presión directa sobre el bolsillo de los ciudadanos, sino que también impulsará la inflación y ralentizará el crecimiento económico. El equipo de análisis de Barclays coincide, afirmando que la tendencia de elevar el tipo impositivo al umbral del 15 % al 20 % aumenta significativamente el riesgo de una caída del PIB en Asia.
Fuente: https://dantri.com.vn/kinh-doanh/chau-a-dieu-chinh-cuoc-choi-truoc-ban-do-thue-quan-moi-cua-my-20250723173730681.htm
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