Reuters informó el 20 de marzo que el cohete Long March-8 transportó el satélite de retransmisión de señales Queqiao-2 y dos pequeños satélites Tiandu 1 y 2 a la órbita de la isla de Hainan, contribuyendo a laexploración del lado oculto de la Luna, una nueva fase en el esfuerzo por conquistar este planeta.
La cara visible de la Luna siempre está orientada hacia la Tierra, lo que significa que la transmisión de señales desde la cara oculta de la Luna a la Tierra es imposible sin un satélite de retransmisión. Queqiao-2 orbitará la Luna para retransmitir señales hacia y desde la sonda lunar Chang'e-6, cuyo lanzamiento está previsto para el próximo mes de mayo.
Esta sonda tiene la misión de buscar y recolectar muestras en una zona de la cara oculta de la Luna que ningún país del mundo ha pisado jamás. Este proyecto no solo representa un gran avance en la exploración lunar de China, sino también un momento histórico que marca un nuevo hito en la tecnología aeroespacial del país. Por lo tanto, Queqiao-2 se considera un eslabón particularmente importante en este proyecto.
Cuando los astronautas estadounidenses de la misión Apolo orbitaban la Luna, sus comunicaciones con la Tierra se interrumpían cada vez que el módulo de mando entraba en la cara oculta de la Luna. Esto se debe a que la propia Luna bloquea las señales de radio, lo que dificulta la comunicación de cualquier nave espacial cuando se interpone entre la Tierra y la Tierra. Sin embargo, científicos chinos resolvieron un problema espacial centenario y superaron la dificultad que los estadounidenses no pudieron resolver lanzando un satélite de retransmisión a la órbita de un punto en el espacio llamado punto de Lagrangiano Tierra-Luna (L2), orientado hacia la cara oculta de la Luna. L2 es un punto a unos 65.000 km de la Luna.
Este es uno de los cinco puntos de Lagrange donde la gravedad está equilibrada, lo que significa que Queqiao-2 orbitará ese punto indefinidamente, ya que la gravedad no lo aleja. El hecho de que Queqiao-2 esté diseñado para permanecer y funcionar en el punto L2 le permitirá recibir y transmitir señales desde el módulo de aterrizaje de Chang'e-6 a estaciones terrestres. Queqiao-2 está diseñado para operar durante ocho años y relevará la misión de Queqiao-1 (lanzado en 2018).
El satélite también servirá como repetidor para las misiones Chang'e-7 (2026) y Chang'e-8 (2028). Para 2040, Queqiao-2 formará parte de una red de satélites de retransmisión, sirviendo como puente de comunicaciones para la exploración de la Luna y otros planetas como Marte y Venus. Los dos pequeños satélites Tiandu 1 y 2 realizarán experimentos para desarrollar esta red satelital.
Mientras tanto, en 2019, la sonda Chang'e-4 fue la primera nave espacial en aterrizar en la cara oculta de la Luna. La Chang'e-6 es una misión muy compleja dentro de las misiones de exploración lunar de China. Tras aterrizar en la Luna, la sonda debe ser capaz de recolectar muestras, ascender, despegar y regresar a la Tierra automáticamente. De tener éxito, la Chang'e-6 será una demostración de la cumbre de la tecnología espacial que Estados Unidos, Rusia e India nunca han logrado.
Con Chang'e-7 y Chang'e-8, estas misiones formarán la base de un plan chino más amplio, llamado Estación Internacional de Investigación Lunar, cuya construcción se espera para la década de 2030.
MINH CHAU
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