Australia anunció el 20 de febrero planes para aumentar el gasto de defensa en 11.100 millones de dólares australianos (7.250 millones de dólares estadounidenses) durante los próximos 10 años, con el objetivo de acelerar la entrega de la futura flota de combate de superficie de la marina y expandir la industria de construcción naval del país.
El ministro de Defensa, Richard Marles, afirmó que la financiación adicional para la flota de superficie de la Armada elevaría la inversión total en adquisiciones y mantenimiento a 54.200 millones de dólares australianos durante los próximos 10 años. Esto incrementaría el gasto de defensa de Australia al equivalente al 2,4 % de su producto interior bruto (PIB), por encima del objetivo del 2 % establecido por sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
El Sr. R. Marles enfatizó que la Armada Australiana necesita mejorar su capacidad para garantizar la seguridad de las vías marítimas de comunicación y comercio, ya que estas vías son la base de la vida de nuestra gente y la prosperidad de nuestro país. Una flota de combate de superficie modernizada garantizará que la Armada esté optimizada para las operaciones en el entorno actual y futuro.
Según el plan, Australia contará con una armada de 26 buques de combate de superficie importantes, en comparación con los 11 actuales, y será la flota más grande del país desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Los nuevos buques incluirán destructores de clase Hunter, destructores multifunción y buques de combate de superficie autónomos. Algunos estarán equipados con misiles Tomahawk de largo alcance.
Se espera que algunos de los barcos se construyan en la ciudad de Port Adelaide, en el sur de Australia, y creen más de 3.000 puestos de trabajo, mientras que otros se diseñarán en Estados Unidos y posiblemente en España, Alemania, Corea del Sur y Japón.
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