Esta cifra, si se compara con las estadísticas de sólo 160 proyectos atrasados por un valor de 59 billones de VND que el Ministerio de Planificación e Inversión anunció en octubre de 2024, la sorpresa puede convertirse en… asombro.
Y lo más probable es que esta no sea la cifra definitiva. Cuanto más comprobemos, más probable será que el número de proyectos archivados siga aumentando.
Recursos enterrados
La inversión total de 235 mil millones de dólares está "enlazada", lo que equivale a aproximadamente la mitad del PIB del país, una cifra enorme. Esto no solo implica dinero, sino también una serie de oportunidades de empleo, crecimiento, desarrollo de infraestructura, urbanización y mejoras en los medios de vida que han quedado en suspenso indefinidamente.
Desde parques industriales, carreteras, complejos hoteleros, turismo, urbanizaciones costeras… todos son áreas clave, dinamizadoras de la economía .
Se están modificando muchas leyes, incluida la Ley de Tierras (modificada), cuya aprobación está prevista para finales de este año. Foto: Hoang Ha
Un líder local se quejó una vez de que decenas de proyectos inmobiliarios costeros en su provincia habían sido licenciados, construidos e incluso vendidos a la población. Sin embargo, todos estaban "atados" porque violaban... la Ley de Minerales. La razón: esos proyectos estaban ubicados en zonas con minas de arena y, según la normativa, no pueden construirse sobre minas de minerales.
De esta manera, todo el sistema, desde el gobierno, los inversores del proyecto, los bancos, las empresas satélite y los compradores, están todos colgados de una pila de deuda cada vez mayor.
¿Dónde está el error: en la ley, en la autoridad que aprueba o en el inversor?
El problema radica en lo siguiente: la mayoría de los proyectos suspendidos actualmente son ilegales, ya sea en términos de tierra, inversión, planificación, medio ambiente o procedimientos.
Pero en lugar de exigir cuentas a las agencias que aprobaron proyectos ilegales, algunas localidades y ministerios... culparon a la ley de estar equivocada y solicitaron que se modificara.
Esto plantea una pregunta inevitable: ¿Quién aprobó proyectos que no pueden implementarse según la legislación actual?
Tenemos que afrontar dos posibilidades:
En primer lugar, el organismo que aprueba no entiende la ley, por lo que simplemente aprueba "para hacerlo", y cuando surgen problemas, traslada la responsabilidad a la ley y a la institución.
En segundo lugar, o peor aún, saben que está mal pero aún así lo aprueban, y ahora quieren legalizarlo pidiendo… una enmienda a la ley.
Esto no solo representa un riesgo legal, sino también un riesgo para la gobernanza institucional y nacional. Porque si aceptamos el principio de «si hay un error, hay que reformar la ley para corregirlo», la Asamblea Nacional tendrá que buscar legitimar los incesantes errores del aparato.
Leyes enredadas
No se puede negar que existen problemas dentro del sistema legal.
Por ejemplo, la Ley de Inversiones estipula que si un proyecto no se ejecuta después de 12 meses, debe ser cancelado. Mientras tanto, la Ley de Tierras permite una prórroga de 24 meses si se paga dinero adicional.
Como resultado, el mismo proyecto, según esta ley, se cancela, pero según otra ley, continúa prorrogándose. Las autoridades locales están confundidas y no se atreven a tomar decisiones por temor a violar esta ley o infringirla.
No sólo eso, un proyecto inmobiliario puede estar sujeto a más de 15 leyes diferentes al mismo tiempo: Derecho de Inversiones, Derecho de Suelo, Derecho de Vivienda, Derecho de la Construcción, Derecho Ambiental, Derecho de Licitaciones, Derecho de Prevención y Lucha contra Incendios, Derecho del Negocio Inmobiliario, Derecho Urbanístico...
Estas leyes se superponen, se contradicen e incluso se contradicen entre sí, lo que deja a los inversores sin saber por dónde empezar, dónde terminar y si podrán llevar a cabo su proyecto hasta su finalización.
Se necesita una "decisión especial" del Congreso
El Gobierno está demostrando gran determinación al revisar y eliminar las dificultades. Se están modificando numerosas leyes, incluida la Ley de Tierras (modificada), cuya aprobación está prevista para finales de este año.
Sin embargo, la realidad es que muchas barreras legales escapan a la autoridad del Gobierno. Se desconoce cuándo se resolverán los 2.887 proyectos estancados si esperamos a que se modifique cada ley y seguimos todos los procedimientos.
Tal vez deberíamos aspirar a que la Asamblea Nacional emita una resolución especial: una resolución para abordar de manera integral los problemas de inversión, especialmente en los campos de la tierra, la construcción y los bienes raíces.
Además, es necesario clasificar claramente grupos como los proyectos suspendidos por errores de los inversores (falta de capacidad, ocupación de terrenos, lentitud de ejecución...); proyectos suspendidos por errores de la gestión estatal (mala aprobación, planificación inadecuada...); proyectos estancados por leyes contradictorias y superpuestas.
Para cada grupo se necesitan soluciones diferentes: eliminación, revocación forzosa, ajuste de la planificación, renovación de la licencia o legalización condicional.
Cada parcela de tierra en esos 2.887 proyectos tiene un inversor específico, ha sido asignada o arrendada y tiene derechos claros para usarla, por lo que no es fácil para el Gobierno "recuperarla" incluso si quisiera.
La solución más práctica y viable sigue siendo: eliminar procedimientos complejos, modificar regulaciones contradictorias y crear un corredor legal claro y unificado para que los inversores puedan seguir implementando. En caso de incumplimiento, o de demoras deliberadas, el Estado no tardará en reclamar.
Si podemos desbloquear esta fuente de capital equivalente a la mitad del PIB, entonces el objetivo de crecimiento de dos dígitos no será demasiado difícil.
Vietnamnet.vn
Fuente: https://vietnamnet.vn/235-ty-usd-dang-can-duoc-khoi-thong-2420350.html
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