Agua de té verde
El té verde es conocido por su alto contenido de antioxidantes, que tiene muchos beneficios para la salud, incluida la prevención del cáncer.
Además, el té verde ayuda activamente a reducir la grasa del hígado y se ha demostrado que es beneficioso para las personas con hígado graso y dislipidemia.
La cafeína del té verde ayuda a estimular el metabolismo de las grasas, ayudando así a reducir el colesterol malo que afecta al hígado.
El té verde es rico en el antioxidante EGCG, que puede inhibir el aumento de la hormona noradrenalina, promoviendo un metabolismo de las grasas más eficaz. Además, su capacidad antiinflamatoria es fundamental. Podemos usar té verde fresco o seco para prepararlo con agua hirviendo y beber de 2 a 3 tazas (unos 150 ml) al día.
Agua de hoja de loto
El té de hoja de loto se usa a menudo para tratar diversos problemas de salud, como el insomnio y la fiebre. Además, las hojas de loto también favorecen la eliminación de grasa del hígado y ayudan a reducir la grasa en la sangre. Beber agua de hoja de loto a diario puede mejorar significativamente la salud del hígado. Las hojas de loto contienen ingredientes que previenen la acumulación de grasa en el hígado, lo que ayuda a protegerlo y purificarlo. Estos incluyen entre un 0,77 % y un 0,84 % de alcaloides, entre un 0,2 % y un 0,3 % de taninos, ácido succínico, ácido cítrico, quercetina e isoquercitrina. Sin embargo, las personas con hígado graso, embarazadas o en período de lactancia, y las personas con constitución fría no deben usar hojas de loto.
jugo de alcachofa
La alcachofa no solo es un ingrediente en deliciosos platos, sino también un buen remedio para el hígado y la vesícula biliar. Tiene el efecto de eliminar el calor, desintoxicar el hígado, favorecer la reducción de enzimas hepáticas, la antioxidación y promover la secreción biliar.
El té de alcachofa es muy beneficioso para ciertas enfermedades, como la fiebre del heno, la desintoxicación y la lucha contra el cáncer. Sus ingredientes ayudan a desintoxicar y a reducir las enzimas hepáticas. Si el paciente padece hígado graso, puede favorecer el metabolismo para reducir el exceso de grasa. Además, las células hepáticas se regeneran si el paciente bebe té de alcachofa cuando el hígado está dañado. Gracias a estos efectos, la cirrosis y el cáncer de hígado se pueden prevenir a tiempo si se consume el té de alcachofa correctamente.
Zumo de frutas
Las frutas contienen fibra y reducen la acumulación de grasa corporal. Beber jugo de fruta con regularidad mejora la salud y realza la belleza física. Algunas frutas también aceleran el metabolismo, ayudando a liberar el exceso de energía y a eliminarla.
Al consumir jugo de fruta a diario, se reduce el exceso de grasa y se limita la presión sobre el hígado para desintoxicarse. Esto mejora la salud hepática y reduce el riesgo de hígado graso. En pacientes con hígado graso, al consumir jugo de fruta, el exceso de grasa en el hígado tiende a disminuir gradualmente, lo que ayuda al cuerpo a recuperar rápidamente su salud.
Jugo de verduras
Es importante distinguir las frutas y las verduras porque tienen diferentes propiedades. Las verduras aportan fibra, lo que ayuda a neutralizar la grasa corporal y mejora las enfermedades digestivas. Algunas verduras con alto contenido nutricional se utilizan para preparar jugos para pacientes con hígado graso.
Los pacientes pueden considerar el uso de jugo de remolacha, apio o betabel para prevenir o reducir el exceso de grasa en el hígado. El metabolismo mejorará con el tiempo si el paciente continúa consumiendo esta bebida.
Infusiones de hierbas
La cúrcuma, el ajo, el jengibre, la clemátide china, el ginkgo, el astrágalo, el regaliz, etc. son hierbas con propiedades antiinflamatorias, que ayudan a proteger el hígado de agentes nocivos como virus, alcohol, toxinas en los alimentos, etc. No sólo eso, estas hierbas también ayudan a promover la regeneración de las células del hígado, prevenir el cáncer de hígado, la cirrosis y las enfermedades hepáticas crónicas.
Leche desnatada, sin azúcar
La leche es una fuente importante de proteínas que ayuda a restaurar y regenerar el tejido hepático dañado. Además, numerosos estudios han demostrado que el consumo de leche se asocia con una disminución del índice de grasa hepática. Para las personas con hígado graso, la leche desnatada y la leche sin azúcar son buenas opciones para ayudar a reducir la cantidad de grasas saturadas en el hígado, a la vez que aportan al cuerpo minerales esenciales como calcio, magnesio, fósforo y potasio.
Tipos de bebidas que se deben limitar cuando se tiene hígado graso
Las personas con enfermedad del hígado graso no deben consumir cerveza, vino ni bebidas alcohólicas, ya que las sustancias presentes en estas bebidas aumentan la presión sobre el hígado y causan daño celular, lo que puede derivar en hepatitis y cirrosis.
Las bebidas carbonatadas suelen contener altas cantidades de azúcar, lo que provoca un exceso de energía y la convierte en grasa que se acumula en el hígado, agravando la enfermedad del hígado graso. Además, el consumo regular de bebidas carbonatadas también afecta el sistema digestivo, el azúcar en sangre, los riñones, etc.
Los jugos de frutas con alto contenido de azúcar también deben limitarse y consumirse con moderación para evitar un aumento de azúcar en la sangre que provoque diabetes, obesidad y un mayor riesgo de enfermedad hepática grasa grave. Debe optar por frutas ácidas y limitar la adición de azúcar a las bebidas.
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Fuente: https://kinhtedothi.vn/8-loai-do-uong-tot-nhat-cho-nguoi-bi-benh-gan-nhiem-mo.html
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